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A. COLLADO
OVIEDO.
Jueves, 17 de febrero 2022, 01:44
Un repaso a la trayectoria del director Juanjo Mena (Vitoria, 1965) nunca va a ser fiel a su dilatadísima trayectoria. Fue titular de la Sinfónica ... de Bilbao, dirigió a la Sinfónica de Baltimore en su debut, titular de la BBC Philarmonic Orchestra y ha llevado la batuta de las filarmónicas de Berlín, Londres, della Scala (Milán), Oslo y Rotterdam. Y eso es solo un ejemplo de su proyección en el circuito internacional. Mañana (20 horas) estará en el ovetense Auditorio Príncipe.
-Se pone al frente de la Orquesta Sinfónica de Galicia en un concierto enmarcado en la temporada de abono de la OSPA. ¿Tenía ganas de volver a Asturias?
-Siempre he tenido muy buena relación con Asturias y con su orquesta. En este caso, realmente la propuesta fue una sorpresa. Estoy muy contento de que haya este programa de intercambio, es muy positivo para los músicos, cambia una rutina que a veces es negativa para ellos. El programa es bonito y la iniciativa muy sana. Además, así tendré ocasión de saludar a Ana Mateo (gerente de la OSPA), una buena amiga que trabajó conmigo en Bilbao. Es gente que quiero y aprecio.
-El programa incluye una obra de Brahms y una de Schumann, los dos autores con los que se subió en septiembre al podio de la orquesta nacional. ¿Son sus compositores fetiche?
-En efecto, lo parece. En esta ocasión, fue la Orquesta Sinfónica de Galicia la que me pidió dirigir este concierto doble de violín y violonchelo que no se suele hacer mucho. Y yo estoy encantado, ya lo hice un par de veces. Mi relación con la orquesta de Galicia no es muy extensa pero sí muy productiva. Es una orquesta con buen fondo de armario, de gran conocimiento musical. Se parece un poco a la de Asturias, con esa base de músicos rusos que le dieron un criterio. Son dos orquestas que tienen identidad propia y eso es muy importante en estos momentos. A la orquesta de Galicia le irá muy bien tocar en un auditorio como el asturiano, de mejor calidad que el de su propia sede.
-Es vasco y el viernes actúa en Asturias dirigiendo a una formación gallega. Como conocedor del público del Norte, ¿le gustará el recital?
-Sí, es un programa intenso, pero bellísimo. En Schumann he estado trabajando muchos años, así que es un lenguaje que conozco bien, identifico los problemas y los colores. Respecto a Brahms, hay quien lo hace muy flojito, sutil, y otros lo vemos de una manera más intensa, con emoción y un criterio estilístico muy sólido.
-Dice su hermano, el contratenor y director Carlos Mena, que usted fue como una flor que nació en un lugar insospechado, en el seno de una familia humilde de un barrio obrero oprimido durante el franquismo. Y que fue su pasión por la música la que le arrastró también a él.
-Todo tiene una razón. Realmente fueron mi madre y mi padre quienes en vez llevarnos al cole de enfrente de casa, eligieron otro a cuatro manzanas. Y aquel colegio fue el que creó a los Mena. Mi hermana es la inteligente (risas), es química, hizo la carrera de fagot, de piano, de dirección de coros... Nuestra suerte fue ir a ese colegio y que, cuando yo -que era el mayor- tenía siete años, un señor pasase por mi clase con una flauta y me preguntase si quería cantar en la escolanía del colegio... y por eso hoy estamos los Mena donde estamos, sin ninguna tradición musical familiar anterior a nosotros. Por eso, siempre reivindico el canto coral, en las escuelas, el no tener ningún tipo de complejo porque unos padres no tengan ni idea de música. Su hijo puede hacer lo que sea. Y, para eso, el canto es un maravilloso instrumento a esa edad.
-Decía en la Navidad de 2012, cuando dirigió el 'Mesías' de Händel en la catedral, que la OSPA merecía un mayor reconocimiento. ¿Sigue siendo así?
-Ahora veré cómo están. Sé que han trabajado duro, que la pandemia ha sido dura. Es un momento muy especial en el mundo orquestal, con todas las cancelaciones a causa de la covid. Como decía antes, es una orquesta que tiene un criterio, un color, un sonido, una manera de hacer con esos maravillosos músicos de gran conocimiento que pueden transmitir a las próximas generaciones de músicos españoles.
-Lleva sin director desde que en 2019 se fue Rosseu Milanov. ¿No es demasiado tiempo?
-Siempre es importante tener una persona que conduzca un proyecto, marcar una línea. La suerte es acertar con esa persona. Y, realmente, si hay un criterio sólido artístico como el que tiene Ana Mateo se puede encontrar una terna de directores que funcionen bien. A veces se da mucha importancia a tener un director titular, pero también hay orquestas que no quieren tener demasiado tiempo al mismo. Y puede funcionar si se hace bien y con cuidado. Estoy seguro de que Ana está haciendo un buen trabajo y pronto alguien dirigirá la OSPA.
-Esta semana se anunció en el BOPA que precisamente el gerente de la sinfónica gallega, Andrés Lacasa, será uno de los miembros de la comisión que elegirá al director. ¿Estamos en buenas manos?
-Es uno de los gerentes más solidos que conozco. Una persona muy cabal, con mucha tranquilidad de espíritu, no dice las cosas sin compromiso. El trabajo que está haciendo con la orquesta de Galicia lo manifiesta. Está siempre cerca, con buenos proyectos e ideas. Es de ese tipo de gerentes que no había antes en este país. Lacasa ha afianzado el proyecto de la orquesta gallega e intenta buscar un futuro continuador. Ayudará a encontrar a alguien que dirija bien la OSPA.
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