Nacho Vegas: un trago de ternura

Un estreno siempre es un estreno, sea aquí o sea en alguna manzana lejana, y los nervios previos recorrían las tripas y las butacas del viejo Cine Fantasio, estas últimas con parte de la cuadrilla habitual de fieles que se desplazaron desde diferentes rincones de Asturias para compartir el primer directo de la gira -que le llevará al Teatro Jovellanos de Gijón el próximo viernes cuatro de marzo- y las mieles del occidente.

Allí se presentó anoche un Nacho Vegas muy desenvuelto, muy líder, vestido con un espectacular traje color burdeos, para ofrecer un concierto que fue de menos a más y se extendió por casi dos horas, para acabar por todo lo alto con generosos aplausos que amenazaron con derrumbar el viejo auditorio naviego.

Y, precisamente por ser un mundo inmóvil que se derrumba ya con cierto recorrido, se esperaba exactamente lo que ofrecieron a la postre Nacho Vegas y su camaradas, un paseo intenso estrenando canciones que ya se murmuraban entre el público, de 'Belart' a 'El don de la ternura', de 'La séptima ola' a 'Ramon In' (ay, qué emoción de canción, como también lo fue 'El Ángel Simón'), de clásicos de su repertorio a clásicos súbitos como la exuberante y deslenguada 'Big Crunch', deteniendo el tiempo en 'Ser árbol' y fascinando con 'La gran broma final', en un ambiente hondo y acogedor, con la escenografía justa y necesaria -el escenario estaba coronado por un mundo con aire de Luna colgando-, en un ambiente íntimo pero caldeado. Si el viejo mundo se derrumba, brindemos todos por poder disfrutar la esencia que predica Nacho Vegas, que tiene luces, tiene sombras y sostiene la belleza útil como bandera. Es un buen lugar para sentirse en la calle como en casa.

Tanto que Nacho Vegas agradeció -siempre en Asturiano- a Navia todo el cariño que le demostró el público en este arranque rotundo de una gira que le llevará a recorrer España. Una gran noche de estreno