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Manolo García, durante el concierto que ofreció anoche en Gijón. FOTOS: ARNALDO GARCÍA

Manolo García enciende al público de la Laboral

El cantante y su banda desplegaron toda la energía de su directo en una actuación memorable que hilvanó clásicos y nuevos temas

Domingo, 10 de diciembre 2023, 00:34

Un auditorio de la Laboral lleno hasta la bandera recibía anoche a Manolo García y su banda en una gira por teatros que le ha llevado por toda la geografía nacional con el mismo resultado en cada plaza: todo el papel vendido y un público ... entusiasmado después de escuchar una media de treinta canciones en un directo de extensión inusual. Ayer no fue distinto en Gijón -una ciudad donde cuenta con una de sus parroquias más fieles y por la que el cantante siente especial querencia desde su mili aquí- e incluso con mayor entrega en la que será su última cita del año, antes de tomarse un pequeño respiro y seguir el tour en febrero. Aunque descansar de la música no va con el catalán y la prueba, el anuncio hace escasas semanas de su nueva gira por grandes recintos para 2024.

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Basta repasar la biografía del músico de Poblenou para constatar que desde que cogió la guitarra con Los Rápidos nunca ha parado de componer y tocar. Él mismo lo confesó en uno de sus temas emblemáticos: «Prefiero el trapecio / para verlas venir en movimiento». Y así ha sido siempre su carrera. El pasado año sorprendía a sus fans con dos extraordinarios trabajos discográficos: 'Mi vida en Marte' y 'Desatinos desplumados'. Pero el verdadero notición llegaba en fechas recientes con el lanzamiento de 'Desbarajuste piramidal', el reencuentro en el estudio con Quimi Portet para darles nueva vida a 24 hits de El Último de la Fila. En su recital gijonés, García y su combo irían dando cuenta de un buen puñado de esos temas nuevos, sabiamente encadenados a las canciones imprescindibles de su fértil repertorio.

El barcelonés salió a darlo todo con su banda de siempre: Ricardo Marín y Víctor Iniesta a las guitarras; Juan Carlos García en las teclas y percusiones; Íñigo Goldaracena al bajo; Charly Sardá en la batería; Josete Ordóñez, en la guitarra española y laúdes; y Olvido Lanza al violín. La solvencia de sus músicos y la energía del cantante cuentan en esta gira por teatros con unas condiciones óptimas para que el sonido se proyecte en toda su calidad y con la propia cercanía del público, de la que se vio ayer disfrutar a García en sus incursiones por el patio de butacas. En ese marco perfecto irían hilvanando desde el arranque -cantando 'Asturies, patria querida'- la producción más joven con la de siempre: 'Los cítricos amantes', 'Si todo arde', 'Dibujar en mi piel' o 'Respirar' abrían paso a la novedad en 'Diez mil veranos' y al icónico 'Ya no danzo al son de los tambores'. Un intenso e inolvidable recital puro Manolo García en el que no faltaron 'Pájaros de barro' -que cantó entre el público y con una bufanda del Sporting-, 'San Fernando' -que el respetable bailó sin volver a sentarse-, 'Lápiz y papel' ni el largo etcétera de joyas vivas que hacen de cada actuación suya algo único y fuera de lo normal. Incluida la mítica 'Insurrección', que precedió al anuncio de que García se tomaría un descanso de quince minutos. No fue una pérdida de tiempo. Se sorteó un jamón y siguió la fiesta.

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