Lila Downs, carisma por los cuatro costados

En el evento, con la sala a rebosar de periodistas, charló de lo humano y lo divino. Por ejemplo, de los casi 70 idiomas indígenas que aún sobreviven en México, de su amor por Juan Rulfo y de su colaboración con The Roots y Gustavo Dudamel, el director de orquesta más fascinante de la actualidad. También tuvo extraordinarias palabras para Rodrigo Cuevas –que será su invitado esta noche en el Teatro de La Laboral, a partir de las 20.30 horas– y es que en la última visita del artista asturiano a México escribieron y grabaron algunas canciones juntos.

Ambos tienen un vínculo muy arraigado con su patria –o más bien matria– y su sentido de pertenencia no se basa en el rechazo al otro sino que combinan un enorme conocimiento de lo propio con un sincero interés por lo ajeno. Conocer a los demás sirve también para entenderse a uno mismo puesto que toda cultura o persona sirve de espejo de nosotros mismos. Además, una vez que se comprende lo ajeno pasa a formar parte del acervo cultural y emocional de cada uno.

Cuando terminó la introducción del encuentro, Lila Downs subió al escenario acompañada sólo de Sinuhe Padilla, un musicazo, que además de ser luthier, es una enciclopedia viviente de todos los estilos americanos. Lila, con su aspecto de mujer tótem a medio camino entre lo popular y lo culto, en menos de medio minuto, tenía a toda la sala dando palmas con una combinación de estilos apabullante. En su repertorio hay bolero, son jarocho, ranchera, cumbia, guaracha, joropos. Y es que, desde Europa se tiende a simplificar todo lo que está más allá de sus fronteras y, como mucho, otorga a lo diferente la cualidad de 'exótico', que es una forma de desactivar lo que resulta extraño. México es un país enorme, pese a que en 1848, EE UU le arrebató la mitad del país. Con sus 128 millones de habitantes cabe esperar que haya muchas más diferencias de las esperadas.

Lila Downs es una artista sobre el escenario, pero también lo es en el estudio de grabación: ella produce sus propios discos. Las mujeres van conquistando escenarios, incluso campos de fútbol, pero aún cuesta que se las represente públicamente como las hacedoras de sus obras. Que canten y compongan vale, pero ya grabar… El estudio de grabación se ha convertido en el último refugio del varón músico, el sancta sanctorum de la virilidad retrocedida. Björk recomendaba a las mujeres músicas que tuvieran una cámara de vídeo en el estudio para despejar dudas. Taylor Swift ha tomado buena nota.

Lila Downs es muy consciente de que en las últimas décadas el foco se ha desplazado desde lo anglosajón hasta lo latino. Si hace justo 30 años, la revista 'Q' dedicó una portada a PJ Harvey (Inglaterra), Tory Amos (EE UU) y Björk (Islandia), ahora son Lila Downs (México), Niña Pastori (España) y Soledad (Argentina) quienes se dedican a sí mismas un EP ('Raíz') publicado hace dos meses.

Lila Downs llega a Gijón en un excelente momento de forma, orgullosa de su banda y su repertorio. Se sentirá como pez en el agua en una ciudad que generó influyentes bandas de mujeres (Undershakers, Nosoträsh, Pauline en La Playa) y que ya ha tenido tres alcaldesas. Casi nada. Lila Downs, bienvenida a casa.