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Al amparo de una cita del Premio Nobel de Física, Richard P. Feynman, «todo el universo está en una copa de vino», el músico, escritor ... y colaborador de este diario Igor Paskual expuso este lunes en el Ateneo Jovellanos que también el vino «encierra el misterio de la humanidad». Lo hizo en una conferencia que fue un viaje a través de la historia y, acompañado de su guitarra, de canciones que explican el vino en profundidad.
El recorrido comenzaría por los fenicios «que nos trajeron el alfabeto, el olivo y la vid» y seguiría por la antigua Grecia: «La filosofía nace en torno al vino. Y ahí está 'El banquete' de Platón, donde después de comer, beber, llega el momento de filosofar». Y cómo los romanos «nos enseñaron a los ibéricos a beber en comunidad, como un elemento civilizatorio, no tanto de desorden de los sentidos como de compartir», apuntó el conferenciante para ilustrarlo musicalmente con un 'skolion' griego del s. I ó II d.C. «la canción más antigua que se conserva y la letra es muy actual: 'Aprovecha mientras vivas...'. Al cantarla sientes que te atraviesa la historia de nuestra civilización en unas pocas notas», explicaría.
La siguiente parada del viaje conducía al cristianismo: «El primer milagro de Cristo es convertir el agua en vino» y cómo el ritual de la misa lleva a los monasterios, especialmente los de Císter a mejorar el cultivo de la vid y de los mostos. Una cantiga de Alfonso X el Sabio lo ilustraría musicalmente.
Y de la música medieval a un bolero de José Feliciano, 'Copa rota': «La demostración de que beber no siempre es la solución a los problemas». El contrapunto, el hit de Julio Iglesias 'Soy un truhán, soy un señor': «Él sí cree que el vino ayuda, a grandes males, grandes remedios», señaló sobre nuestro cantante más universal: «Un escalón intermedio entre la generación que bebía en la bodega y la nuestra que lo hace ya en una vinoteca».
Una rumba catalana, 'Vino tinto' de Estopa sirvió a Paskual para reivindicar este género como patrimonio de la humanidad y explicar el gran problema al que se ha enfrentado siempre el vino, el de cómo conservarlo. «Un paso fundamental lo dio Jacobo I cuando prohibió a los cristaleros ingleses talar árboles para sus hornos. El uso de carbón logró botellas de un cristal más duro para transportarlo, conservarlo y continuar en su envejecimiento», reveló el músico, compartiendo con el público que llenó el salón de la Escuela de Comercio este largo viaje del vino que continúa alegrando nuestras vidas y fomentando la costumbre de conversar.
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