Coque Malla vuelve este viernes al Teatro de la Laboral con álbum nuevo: 'Aunque estemos muertos'. A punto de arrancar la gira nos habla de él y de su ilusión por tocar una vez más en Asturias: «Para mí un sitio muy especial. Soy nieto ... político de Herrerita, el futbolista. Era abuelo de mi mujer, Macarena», comienza desvelando el músico para romper el hielo.
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-Un año sin subirse a las tablas y preparando este disco ¿Cómo afronta la gira que lo traerá a Gijón?
Cuándo Este viernes, a partir de las 21 horas, en el Teatro de la Universidad Laboral de Gijón.
Entradas. Aún quedan entradas a la venta. Butaca de foso 45 euros. Patio de butacas: (40/36 euros). Palcos: 34 euros. Anfiteatro: 30 euros.
Gira Coque Malla presenta las canciones de su disco 'Aunque estemos muertos' (Warner, 2023) y sus temas clásicos.
-Con muchas ganas. Nunca había estado tanto tiempo sin tocar. Los conciertos siempre han sido una constante desde que empecé en esto, con lo cual las ansias de empezar la gira son tremendas porque presentamos un disco muy especial, muy de banda. Hemos trabajado en él de una forma muy intensa y vamos a hacer un 'show' con esa energía centrada en el disco.
-En ese sentido, ¿su concepción ha sido distinta a otros álbumes?
-El reto ha sido experimentar y sentirme incluso inseguro, percibir que manejábamos unos sonidos en un espacio creativo que no controlábamos del todo. Esa era mi obsesión y creo que la he conseguido. No vamos a cambiar la historia de la música, pero sí hemos tenido esa sensación de estar en un sitio nuevo. Eso ha generado un espíritu de riesgo que buscaba por el mero hecho de pasármelo bien. Son muchos años y hay que encontrar la forma de que siga siendo muy estimulante, no solo un poco. Este disco lo es y se ve en las reacciones, la gente está flipando con su energía.
-¿Por qué un disco con la muerte de eje?
-Mis discos son muy personales, con una intensidad emocional y un fondo casi de psicoanálisis, una especie de conclusiones que saco de etapas que voy viviendo. Es en ese punto donde suelo hacer los discos y tal vez por eso tardo tanto entre uno y otro. Aquí, estaba al final de una reflexión sobre el paso del tiempo, la muerte, las cosas que se acaban y, aunque no partía de esa idea, vi que ya en las primeras frases se reflejaba. Una vez que tienes eso en la cabeza, todo fluye en ese sentido. Y este trabajo es muy fiel a ese proceso: letras, sonido, producción, va en coherencia con el concepto que planteo.
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-El resultado en cambio es muy vital.
-Habla de la muerte, pero también como metáfora de las cosas que se acaban y otras que empiezan. Si en lugar de tener 54 años y estando sano hubiese hecho un disco sobre la muerte con 80, seguro que no tendría esa energía. En mi caso la conciencia de la fragilidad y el fin de muchas cosas genera rabia, vitalismo y por eso es un trabajo lleno de luz y de vida. La idea de la muerte te puede hacer sentir muy vivo.
-¿Cuáles han sido sus referencias musicales en él?
-Hay una serie de referencias que siempre están ahí y me voy a morir con ellas: Beatles, Stones, Bowie, Dylan, los clásicos, no solo para mí sino para muchísimas generaciones que nos dedicamos al rock y al pop. Luego vas descubriendo cosas que le dan un toque de diferencia a los proyectos nuevos. Es importante seguir buscando porque eso va a generar novedad y aquí ha venido por la influencia fuerte de The Smile, el grupo paralelo de Thom Yorke y Jonny Greenwood, que me ha llevado también a profundizar en Radiohead. Son los reyes de la experimentación y no hemos llegado a esos niveles ni de lejos, pero sí a la ambición por salir de la zona de confort. Ha sido una influencia más conceptual que musical.
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-¿Cómo abordan llevar al vivo un álbum tan singular?
-Hay la idea de hacer el disco entero, meter a la gente en la experiencia de ese viaje, empezando por la primera canción, que habla de bailar con los muertos y acabando con la última, una canción con esperanza, aunque luego se tuerza. Hay ahí un recorrido narrativo que trocearlo me preocupa y no me gusta. De modo que vamos a intentar plantear el disco entero, puede ser interesante sumergir a la gente en ese sueño y luego despertar en una segunda parte festiva, con todos los éxitos. Me apetece mucho ese recorrido.
-¿Qué tal lleva alguien tan centrado en su trabajo verse en la picota de la polémica viral?
-Tiene mucho que ver con la tendencia de ciertos periodistas y de las redes sociales a trocear, sacar de contexto y convertir en 'noticia mundial' o polémica absurda algo que solo es un comentario en una conversación de dos personas civilizadas. No soy el único al que le ocurre y es agotador, deprimente. En el disco hay una canción sobre ello: 'Bla,bla, bla'. Es una estupidez generalizada.
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-¿La música, el arte, son asidero frente al ruido banal?
-Sirven para muchísimas cosas, no solo como asidero frente al ruido, sino para los amores rotos, la soledad, conocerse a uno mismo. Y si convertimos el arte en una profesión de ética y moral, deja de cumplir su misión caótica y libre que puede ayudar a entenderte, incluso tus zonas oscuras. Si queremos negar que en el arte haya oscuridad y contradicción, que sea muy bonito y nos diga lo que está bien y lo que está mal, no encontraremos un espejo de nuestra alma en él, porque no es perfecta, no somos buenos y comprensivos todo el rato.
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