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La música era su vida. En casi todas sus formas, pero especialmente la de corte religioso. Fernando Menéndez Viejo, nacido en Oviedo en 1940 pero gijonés de adopción, melómano empedernido, falleció esta mañana a los 80 años, dejando un inmenso vacío en quienes lo conocían ... y compartían su pasión.
Menéndez Viejo se inició en los estudios musicales en la Catedral de Oviedo con Eugenio García Antuña, y los continuó en el seminario Metropolitano. En 1964 fue nombrado director de la Escolanía de Covadonga, que relanzó en momentos difíciles, y ocupó este puesto hasta 1968, cuando pasó a ser el organista de San Lorenzo, en Gijón. En 1994 fundó también el grupo Melisma, formación que interpreta cantos gregorianos.
Director de coro, profesor y organista, fue asimismoel primer director del de la Ópera de Oviedo, creado en 1989, y se puso al frente del coro Cajastur. Pero también destacó también por su voz y por desarrollar notables composiciones.
Sus restos mortales descansan ya en el tanatorio de Cabueñes y el funeral está previsto para este lunes, día 26, en la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari, en el gijonés barrio de El Coto, a las seis de la tarde.
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