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La soprano Ermonela Jaho, durante su interpretación de 'Adriana Lecouvreur'. ÓPERA DE OVIEDO
Ermonela Jaho y el espíritu trágico

Ermonela Jaho y el espíritu trágico

CRÌTICA DE LA ÓPERA DE OVIEDO ·

Esta versión de 'Adriana Lecouvreur' que cierra la 74 Temporada de Oviedo nos ha sumergido en la doble raíz dramática y musical que es la esencia de la ópera

RAMÓN AVELLO

Sábado, 29 de enero 2022, 01:45

En el fondo, la ópera es un teatro muy peculiar en el que la música y especialmente la voz humana tienen, por así decirlo, la ... última palabra. Los aficionados tendemos a valorar los aspectos musicales por encima del fondo dramático, pero a veces en una representación nos rendimos ante una unidad absoluta por la que se enlazan firmemente esos dos aspectos, el teatral y el musical. La representación de 'Adriana Lecouvreur' que cierra la 74 Temporada de Ópera, y concretamente en el tercer y cuarto actos, nos ha sumergido en esa doble raíz dramática y musical que es la esencia de la ópera. La concepción de Rosetta Cucchi, muy arriesgada y con notables licencias, la más llamativa el alejamiento escénico del tenor en el cuarto acto, lo que provoca que todo el capítulo sea un delirio amoroso de Adriana, posee, además de una desgarradora expresividad estética, la virtud de volver a unir música y teatro. En definitiva, hacer una ópera total, sobre una obra, 'Adriana Lecouvreur', que, pese a la belleza de algunas de sus arias, siempre se consideró de segunda fila.

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