«Nunca dejaré de tocar. Tenéis que venir a verme antes de que la palme»

-Ha grabado más de 50 discos con diferentes grupos, pero a sus 75 años sigue de gira con su banda. ¿Tanto le gusta el directo?

-Sin duda. El público marca la diferencia. El estudio es un lugar esteril y es el músico quien se tiene que poner las pilas para alcanzar esa sensación que solo se logra en directo. No se trata solo de dar las notas y marcar el ritmo, para mí el objetivo en el estudio es simular lo mejor posible una actuación en vivo. Es por eso que en los conciertos el público tiene un papel esencial, comunicándose con la banda a través de la música, interactuando con los intérpretes.

-¿Cómo se mantiene en forma para afrontar una gira de este tipo?

-Algunos baterías van al gimnasio, pero no es mi caso. He practicado artes marciales durante toda mi vida, desde los 20 años, y eso me enseñó a respirar correctamente y a reservar mi energía para cuando la necesito. También hay que practicar mucho, claro, sobre todo cuando eres un principiante. Algunos de los mejores baterías que he conocido tenían debajo de la cama un 'kit' de tambores y era lo primero que hacían por la mañana, ponerse a practicar. Es esa entrega la que distingue a un buen batería de uno excepcional. Es la práctica la que determina cómo eres de bueno.

-¿Cómo será el concierto de Oviedo? La mayor parte de lo que están tocando en la gira es música de AC/DC.

-Será exactamente un 50% de AC/DC y un 50% del resto. Desde Uriah Heep a David Gilmour y Jimmy Page. Tenemos dos cantantes y van turnándose en función de qué voz va mejor a cada canción.

-Comenzó su carrera tocando con Tom Jones. ¿Qué recuerda de aquellos tiempos?

-El tenía ventipocos años cuando toqué con él, entre 1963 y 1970, siete años. Siempre fue muy consciente de la gran voz que tenía y también de la atracción que ejercía sobre las mujeres. La última vez que estuve con él fue hace cinco años, en Los Ángeles, es increíble lo bien que se conserva.

-Jimmy Page, con el que también ha tocado, está considerado uno de los mejores guitarristas de la historia del rock. ¿A quién pondría con él en esa lista?

-Jimmy es de los mejores, sin duda, y David Gilmour tiene que estar también en esa lista. También Gary Moore, con quien toqué justo antes de unirme a AC/DC por primera vez en 1989. De entre los que son menos conocidos, yo añadiría a Guthrie Govan, con el que toqué en Asia por siete años. Muchos colegas le consideran un genio. James Cornford, el guitarrista de mi banda actual, dio clases con él cuando era joven, y cuando le ves ahora sobre el escenario se nota que muchas de las habilidades de Govan se pueden ver en su forma de tocar.

-¿Cómo era tocar con Gary Moore?

-Era un gran guitarrista y creo que siempre se minusvaloró su capacidad como cantante. Él mismo lo hacía. Una vez le pregunté que por qué no cantaba más y él me contestó que eso le exigía pensar mucho...

-También salió de gira con David Gilmour, uno de los miembros destacados de Pink Floyd. ¿Cómo es como líder de una banda?

-David es probablemente una de las personas más generosas que conozco, y no me refiero solo al dinero, también al tiempo que dedicaba a los demás. Además de ser, como decíamos, uno de los mejores guitarristas de la historia del rock.

-A usted le dio mucha fama tocar con AC/DC, pero no ha habido gira desde 2016. ¿Hay posibilidades de que vuelva a girar con ellos próximamente?

-No me preocupa si no suena el teléfono de nuevo desde AC/DC. Estuve dos veces en la banda, entre 1989 y 1995 con el album y la gira de 'The Razors Edge', que incluyó el tema 'Thunderstruck', y otra vez entre 2014 y 2016, en la gira 'The rock or bust tour'. Creo que ya voy servido en lo que se refiere a AC/DC. Fue un gran honor trabajar con ellos.

-¿Cómo es una banda así por dentro? ¿Hay mucha lucha de egos?

-Todo el mundo tiene ego. Lo que podríamos llamar gente ordinaria, trabajando en una oficina, por ejemplo, también tiene su ego. Si lo que se busca con esa pregunta es saber si había mal rollo, tengo que decepcionar a la gente que espera que cuente lo contrario. Nos llevábamos muy bien. No se puede trabajar a diario tanto tiempo, noche tras noche, con alguien con el que no te llevas bien.

-¿Ha pensado alguna vez en retirarse, o está decidido a morir con las botas puestas?

-Mi gran ídolo, un maravilloso batería que se llama Buddy Rich, tuvo dos infartos y siguió tocando. El tercer infarto lo mató. Yo he sufrido un ataque durante el confinamiento que me mantuvo a raya un tiempo, pero he vuelto a tocar y estoy girando por Europa sin problema. Siempre he dicho que solo pararé si no puedo tocar con la misma intensidad y fuerza que tenía cuando era un adolescente. ¿Qué quieres que te diga? Nunca dejaré de tocar, pero tenéis que venir a verme antes de que la palme.