«Menos Australia, conozco tolos continentes»

«Pa mí los veranos son fundamentalmente creativos, danme la vida, y viajar ya lo fice bastante de mozu. Menos Australia, creo que conozco tolos continentes», asegura el cantante. A su memoria acuden escapadas que le llevaron por gusto a Bahamas o Turquía y, como artista, desde su primera salida a Milán con Nuberu en el 77 a un mapamundi en el que perduran lugares como el Estado de Nueva York, donde acudió a un concierto de Dylan en West Point, el festival Celtic Conection de Glasgow en el que conoció a Joan Baez o el Teatro García Lorca de La Habana, a donde llevó su música asturiana de vuelo universal. En todo caso, tiene la maleta preparada para ir en unos días a Urueña a visitar a su amigo Joaquín Díaz, «el padre del folk y del que pocos saben que tien raigaños en Inguanzo, Cabrales».

Chus Pedro guaje tuvo dos puntos de referencia: «La playa fluvial de La Chalana, donde caí en un pozu con trece años y salváronme la vida unos rapazos de Llangréu tirando de mí, y Xixón, donde mi madre y les hermanes alquilaben una casa con derechu a cocina en la calle Capua». Al primero lo recordaría en su icónica 'Chalaneru' y de San Lorenzo evoca: «Asómame a aquel balcón y ver el mar. Venía de una zona onde'l mundu yera en vertical: los montes a un llau y, a otru, los castilletes, les escombreres. Yo descubrí el horizonte en Xixón».

Hoy sigue fiel a su otra patria veraniega: «Ye l'oriente d'Asturies, la mi segunda casa desde la juventud y donde ahora me refugio con Gabino a trabayar». Allí tuvo Les Escueles, templo de la modernidad en la Transición y, a dos pasos, Torimbia. «La playa en la que dio el mi fíu Chus Pedro los primeros pasos desnudu y sigo yendo. En tol oriente me siento a gusto, dame una energía especial y ahí taré encantáu un veranu más», revela.