![Ricky Martin | Fiesta latina ante 8.000 espectadores en Gijón](https://s2.ppllstatics.com/elcomercio/www/pre2017/multimedia/noticias/201706/03/media/cortadas/img20170603_225942-U10721366137HvD-U30829051604nRC-660x371@El%20Comercio-ElComercio.jpg)
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ALBERTO PIQUERO
Sábado, 3 de junio 2017, 19:11
Aunque los inciertos pronósticos de lluvia mantuvieron en vilo el espectáculo con el que Ricky Martin había prometido poner a bailar en el patio de la Laboral de Gijón a los miles de admiradores en su mayor parte, público joven y femenino que siguen el ritmo de sus caderas, finalmente la gran fiesta latina del puertorriqueño que tiene crédito artístico mundial desde la década de los 90 superó de forma admirable la adversidad de los elementos.
Tras guardar larguísimas y muy ordenadas colas de más de cien metros a la entrada y en mitad de un importante despliegue policial, lo cierto es que los más de ocho mil cuerpos (y almas) que se congregaron en el extenso recinto se mostraban desde mucho antes del concierto dispuestos a sacarle brillo a la Luna gijonesa, casi a incorporarse al cuerpo de baile del artista y a formar parte de la velada. Yno los defraudó el protagonista, que apareció a las once menos cuarto de la noche (quizá con la gentileza de esperar a que concluyese el Real Madrid Juventus) sobre un escenario en altura al tiempo que se encendían miles de móviles y que se envolvió en pleamares rítmicas sin calentamiento previo, al calor de un conjunto instrumental de primer orden, bañado por una luminotecnia que también participó de la danza mediante ciento cincuenta focos móviles, dos pantallas de vídeo que multiplicaban el frenesí y ocho bailarines, cuatro chicos y cuatro chicas, sirviendo de ejemplo a la muchedumbre que los fue emulando a lo largo de la velada.
Ya en el segundo tema, Martin que compareció con corbata para ir despojándose de ropa y quedarse en camiseta entre exclamaciones de sus fans descendió a la tarima principal arropado por las palmas en el patio y manteniendo la temperatura muy por encima de la ambiental. Y, acto seguido, pasó del inglés al español con Adrenalina y la locura se desató.
Los asistentes disfrutaron esta noche de los temas más conocidos del artista, entre compases electrónicos discotequeros, siguiendo hacia las orillas más o menos despeinadas del rock, remansándose en un romanticismo de caramelo. Un repertorio en el que se espera que suenen, entre muchas otras, Livin la vida loca, el toque crítico de Asignatura pendiente, Vente pa ca, La bomba, Por arriba, por abajo (incluyendo mensaje a la oposición venezolana), Cup of life o La mordidita. Y, hacia la mitad, no faltó tampoco el vídeo solidario de la fundación que lleva su nombre y que lucha contra el tráfico de seres humanos, especialmente los niños. Porque Martin es mucho Ricky.
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