![Las múltiples caras de la Historia](https://s3.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/202302/18/media/cortadas/80941135--1248x836.jpg)
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M. F. ANTUÑA
Lunes, 20 de febrero 2023, 15:57
No es la batalla romana de Gijón ni la primera ni la última que se asoma al mundo de la arqueología en particular y la historia en general. Discrepancias a la hora de interpretar los restos del pasado las ha habido siempre y las sigue ... habiendo hoy. Por razones estrictamente científicas, en la mayoría de los casos, y también de índole política, en otros. De lo segundo saben mucho los israelíes, cuyas excavaciones arqueológicas no siempre son inocentes, sino que buscan demostrar que la tierra en la que se asienta su Estado fue hebrea antes que palestina. De la Ciudadela de David de la Ciudad Vieja de Jerusalén se ha dicho en numerosas ocasiones que es un invento de la derecha israelí para justificar sus pretensiones territoriales, por poner solo un ejemplo, porque tampoco hay unanimidad sobre si existieron David y Salomón y su reino en el siglo X antes de Cristo. Lo dicho sin olvidar que incluso el Holocausto tiene versiones diferentes en cuanto a las cifras de muertos. Si la más común remite a seis millones, un estudio reciente habla de quince, pero hay otros que rebajan notablemente incluso la primera cifra. Uno de los que lo han hecho, el mismísimo Abu Mazen en una tesis doctoral publicaba en 1982 que hablaba entonces de un millón. No hay, pues, una única manera de leer la historia por cercana o lejana que sea. Son múltiples y posiblemente irresolubles allá en oriente, acá debatiendo si Gijón fue villa o ciudad romana y acullá, a cuenta, por ejemplo, de los orígenes más o menos remotos del euskera.
Y en el asunto del euskera la discusión histórica tiene una vertiente política con un reciente descubrimiento: la mano de Irulegi, una plancha de bronce de 36 gramos de peso, 14,3 centímetros de altura y un milímetro de grosor que apareció en Navarra en 2021 y estaba llamada a revolucionar las investigaciones sobre el origen de la lengua vasca y su antigüedad. Aparece una inscripción que contiene el vocablo 'sorioneku', que remite al actual 'zorioneko', que significa buena fortuna o afortunado. Como quiera que corresponde al siglo I antes de Cristo, se considera el primer documento en vascónico, lengua previa al euskera. Pero las dudas acompañan al hallazgo desde el minuto cero y las acusaciones de algunos expertos sobre que lo que se busca es darle más entidad al euskera al colocar su origen 2.100 años atrás. Pronto hubo interpretaciones dispares y discrepancias. Y surgieron arqueólogos que plantearon que la palabra escrita en ese bronce más que vascónica es celtibérica. «Tenemos un objeto celtibérico en su contexto de un yacimiento celtibérico, con simbología celtibérica (la mano de hospitalidad) y escrito en signario celtibérico... Los trabajos arqueológicos en Navarra, La Rioja, Aragón y Castilla León han dado a conocer anteriormente más de cien documentos celtibéricos similares, escritos con el mismo signario y con contenido similar», ha dejado dicho el arqueólogo Guillermo Gómez.
Pero es que incluso en un yacimiento arqueológico tan destacado como el de Atapuerca (Burgos) se plantean algunas dudas, muchas más fuera de las fronteras españolas que dentro. Hace ya una década que el investigador del CSIC Oliver Hochadel publicó 'El mito de Atapuerca. Orígenes, ciencia, divulgación', que se servía del yacimiento castellano para demostrar que con la divulgación -y todo el entramado cultural que se ha montado en torno a esa excavación- se da calidad de verdad científica a algo que no la tiene. La versión oficial dice que en Atapuerca se ha hallado la mayor acumulación mundial de fósiles de homínidos y, entre ellos, el fósil de homínido más antiguo de Europa y pruebas de canibalismo. Pero no hay acuerdo en la comunidad internacional, con un debate abierto del que en España poco se sabe. Cualquier arqueólogo que haya salido a excavar fuera sabe que en otras lenguas las dudas son múltiples.
Pero es que, además, hace ya un par de años que dos investigadores publicaron un trabajo en el que acusaban a la Junta de Castilla y León de permitir, en contra de lo que la ley ordena y manda, que los restos arqueológicos encontrados en los yacimientos burgaleses hayan tardado hasta veinte años en ser depositados en un museo para poder ser analizados por otros científicos. Manuel Santonja, investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), y Alfredo Pérez-González, exdirector de dicho centro, ofrecieron en un trabajo versiones totalmente diferentes en relación con los hallazgos en Galería, en la Dolina TD6 y la Sima de los Huesos. «Nuestras conclusiones no confirman la interpretación exclusivamente achelense de la industria de Galería y descartan la posibilidad de reconocer una secuencia evolutiva en el registro arqueológico allí recuperado».
Pero retornemos a Asturias, donde hay más dudas romanas, al margen del debate de Gijón, como la de si llegó hasta aquí o no la Ruta de la Plata, pues hay quienes sostienen, como el ingeniero e historiador Isaac Moreno, que nunca subió más allá de Salamanca. O la batalla Covadonga, que siempre está servida al hilo del mito de Pelayo y todo lo demás. Pero tal es el debate que incluso la Reconquista plantea interrogantes y posiciones contrarias sobre cómo debería definirse en el diccionario. La RAE lo recoge así: «Recuperación del territorio hispano invadido por los musulmanes en 711 d. C., que termina con la toma de Granada en 1492». En 1939 quedó escrito, pero dos expertos medievalistas, Alejandro García Sanjuán (Universidad de Huelva) y Ana Isabel Carrasco (Universidad Complutense de Madrid), han pedido que cambie y se diga: «Noción historiográfica correspondiente a una ideología legitimante de la expansión y conquista de los poderes cristianos peninsulares sobre territorio musulmán». Obvio es que el desacuerdo entre los historiadores está instalado aquí.
Como lo está en otros relatos tan cercanos como los del rey asturiano Alfonso II, que fue quien inauguró el Camino de Santiago. ¿Pero dónde estaba su palacio? Hay dos planteamientos dispares, el de quienes consideran que se hallaría bajo la fábrica de armas de la Vega y la defendida por Lorenzo Arias y Pilar García Cueto, que entendían que debió levantarse al costado de la Catedral de Oviedo.
Este mismo año ha surgido otra polémica que remite mucho más atrás en el tiempo, al arte de prehistoria. Un estudio de la Universidad de Cambridge concluye, a partir de análisis de varias cuevas, entre ellas el Pindal, en Ribadedeva, que los símbolos dibujados junto los animales, una serie de puntos y un signo similar a una Y, son representaciones de números y específicamente de fechas relacionadas con el calendario lunar y con fases de apareamiento de los animales. En Asturias reina el escepticismo entre los expertos en prehistoria, que tienen claro que lo escrito en el 'Cambridge Archeological Journal' hay que demostrarlo. La historia, también en sus polémicas, se repite.
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