m. f. antuña
Martes, 6 de septiembre 2022, 22:09
Llega esta muestra con un largo recorrido a sus espaldas a Asturias de la mano de la Agencia Asturiana de Cooperación, que halla hueco en la segunda planta del Museo Barjola para denunciar el horror, haciendo de la belleza y del arte las mejores armas ... para darle visibilidad y crear conciencia. Las hermosas imágenes de la fotógrafa Isabel Muñoz, Premio Nacional de Fotografía, permiten conocer esa realidad lejana, esa África en la que las mujeres son víctimas y heroínas que deciden vivir a pesar de todo. Son los rostros que se asomarán al Barjola los de las supervivientes de la violencia sexual y las violaciones en la zona de Kivu Sur.
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'Mujeres del Congo. El camino a la esperanza' une el talento visual y el compromiso de Isabel Muñoz con el trabajo incansable y el verbo ágil de la periodista congoleña Caddy Abzuba, que en 2014 recogió en el Campoamor el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Fue casual que ambas unieran fuerzas para denunciar cómo en un país tan rico, con oro, brillantes y coltán en su territorio, la violencia contra las mujeres y las violaciones forman parte del día a día. Fue en 2015 cuando Isabel Muñoz se encontraba en el Congo trabajando en uno de sus proyectos y se cruzaron sus caminos.
«Yo estaba en Kinshasa intentando llegar a la zona de Kivu, al este del país, para fotografiar a dos grandes grupos de primates en peligro de extinción, pero no había forma de poder llegar y tampoco querían a una loca española por allí y pude coincidir con Caddy en la residencia del embajador, y cuando conocí ese horror, lo que está sufriendo la sociedad y la mujer utilizada como arma de guerra, le dije: 'Si tú necesitas alguien que le dé voz, avísame, porque esas historias que no se cuentan no existen'», relataba Muñoz en una conferencia en Valencia para presentar su trabajo.
Caddy la llamó con la propuesta de organizar una exposición en Kinshasa para que el gobierno y la comunidad internacional se hicieran eco de esa realidad de mujeres y niñas y así se hizo. Primero se expuso en la capital congoleña y, luego, de la mano de Casa África, llegó a España. El periplo desde entonces ha sido múltiple, con el fin de dar luz a las terribles historias de estas mujeres que, pese a todo, no dejan de luchar. Y no es fácil vivir en un país en el que más de 77 grupos armados siembran el terror. «Es un mundo tribal donde la forma de destrozar a la sociedad es a través de la mujer», ha afirmado Muñoz, satisfecha de poner su granito de arena para que no se olvide a las niñas raptadas de sus casas, violadas, vejadas y abandonadas.
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Caddy Adzuba las unió a través de la radio para que pudieran hablar y creó una asociación que, gracias a los microcréditos, ha generado talleres y otras actividades para que puedan volver a empezar. Porque la dureza de lo que se cuenta es innegable, pero hay una mirada optimista.
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