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IRENE B. CARRIL
GIJÓN.
Jueves, 25 de julio 2019, 00:14
«Traer este espectáculo aquí, no sé, lo hago con mucho amor y mucha dedicación. Para mi ciudad, mi gente y mostrando un poco todo por lo que he pasado en mi carrera hasta ahora». Quien habla es Álvaro Rodríguez, el impulsor de la Gala ... Internacional de Ballet que se desarrollará hoy en el Teatro Jovellanos de Gijón (20.30 horas) con la participación de reconocidos bailarines internacionales, él entre ellos.
La suya es una historia de superación. Poder convertirse en un bailarín profesional «no ha sido un camino fácil». Tuvo que decirle adiós a su Gijón natal en el que aprendió la que ahora es su profesión, y viajar hasta Madrid, donde se dedicó a profundizar mucho más. Este proceso le permitió alcanzar su sueño de bailar en los teatros más importantes del mundo, a los que consiguió llegar gracias a su trabajo.
Todo ese esfuerzo es el que le ha llevado al Ballet de la Ópera de Burdeos, donde cumple este año once temporadas. Durante esos años, sentimientos diferentes se apoderaron de él, ya que «tienes momentos en los que de repente bailas mucho, luego tienes lesiones, y tiempos en los que me cuestioné muchas cosas». Asegura que esto se debe a que «el mundo profesional es muy difícil, muy rudo», lo que no quiere decir que se vaya a rendir. «Nunca he tirado la toalla». Esas ganas de seguir luchado no provienen solo de sí mismo. El público que asiste a cada actuación le aporta esa fuerza necesaria para enfundarse sus zapatillas y acudir a sus ensayos, porque «cuando subimos como artistas en el escenario es una comunicación continua con el público, realmente lo hacemos para ellos». De esta manera, comparte lo que él siente con todas las personas que durante sus actuaciones observan sus movimientos.
Esos ánimos resultan más importantes conforme paso el tiempo. «Mantenerse en el mundo profesional también es complicado». El propio Álvaro lo describe como un trabajo que requiere una gran exigencia «física y mental». Es por ello por lo que el profesional de la danza se llena de orgullo cuando, tras superar todos los baches, «consigue llegar hasta el final y ver los resultados».
Esto no quiere decir que el sacrificio sea algo negativo, ya que el bailarín no duda al decir que «merece la pena, es un privilegio ser bailarín profesional, no todo el mundo puede vivir de su pasión».
Toda su lucha es la que ha querido reflejar en esta IV Gala Internacional de Ballet de Gijón, en la que se pondrán en escena danzas inéditas, que se estrenarán en el escenario gijonés. Entre todos los bailes que se realizarán se decanta por destacar el pase llamado 'Romeo y Julieta'.
Junto a él, se podrá ver en escenario a otros grandes artistas como Itziar Mendizabal, Nehemiah Kish, Filipa de Castro, Carlos Pinillos, Oleg Rogachev, Claire Teisseyre, Marina Kudryashova y Manon Bastardie.
Además de querer reflejar todo su camino para llegar hasta donde se encuentra en la actualidad, el objetivo de este gijonés es conseguir que el ballet llegue a mucha más gente. Para ello, los horizontes de la gala se han ampliado. En esta edición, se organizarán diferentes talleres, tanto para niños como para adultos, realizando proyecciones de diferentes fotógrafos y con una exposición en la Antigua Escuela de Comercio, comisariada por Cristina Valle, en la que el motivo principal es la luz y las posiciones fugaces que tanto obsesionan a los bailarines.
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