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Él mismo lo dijo: «Soy el primer ministro que visita la Academia de la Llingua». Y de esa visita y sus 48 horas en Asturias con la compañía de la consejera Vanessa Gutiérrez se lleva Ernest Urtasun la impresión de que la oficialidad de la llingua ... «sería conveniente», pero mientras no llega su ministerio sí apoyará en la medida de lo posible a esta lengua y a todas aquellas que cuentan con protección estatutaria. Hay ya una primera medida concreta de su departamento: en la línea de ayudas a la creación literaria que estará dotada con medio millón de euros los autores en llingua asturiana serán bienvenidos.
Este es el primer paso, el siguiente que también puedan optar las creaciones en asturiano a ayudas a la edición. De momento, eso. Nada concretó el ministro de Cultura sobre la posibilidad de que los escritores en llingua puedan optar a premios nacionales como sí ocurre con las lenguas oficiales. «Mi visita a la Academia de la Llingua es un gesto político fuerte de apoyo, tenemos que ir viendo qué pasos dar pero el compromiso político es claro», dijo después de haber pronunciado ya antes otra frase contundente: «Nosotros vamos a apostar por el asturiano». Eso sí, de las peticiones realizadas por los académicos, nada en concreto, entre otras razones porque muchas de ellas no son competencia suya. Tomó nota y acompañará. Eso anunció.
Al margen del asturiano, Urtasun ratificó igualmente la apuesta del Gobierno de España por la candidatura a patrimonio la Unesco de la cultura sidrera, que, afirmó, apoyará en la reunión de Paraguay. Además, también incidió en la importancia de trabajar en la recuperación del Prerrománico y se refirió a una próxima intervención en Priesca.
El ministro visitó Avilés para reunir en el Niemeyer a casi la totalidad de los consejeros de Cultura del país para hablar de los retos de su departamento para la legislatura. De esa sectorial salieron algunos compromisos como la apuesta por impulsar los equipamientos culturales de todo el país. De momento, se está realizando un mapeo para advertir necesidades y ver la manera de llevarlo a cabo. Hay también una apuesta firme por el plan de ruralidades, que busca que el lugar de residencia no sea un hándicap a la hora de tener acceso a la cultura. La ley de mecenazgo, que se quedó en puertas de aprobarse en el Congreso la legislatura pasada, está ya a punto de caramelo: «El marco legislativo tiene que mejorar», proclamó el ministro, que detectó el interés de las comunidades autónomas para que así sea.
La creación de una Dirección de Derechos Culturales y la puesta en marcha de un Centro de Promoción de las Industrias Culturales son otras de las apuestas de su departamento.
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