Miami se inunda de arte asturiano

Y allí mismo, Pablo Armesto -de la mano de la galería de Mónaco Maison d' Art- presenta una escultura exenta y dinámica, en la que el color físico e inmaterial se funde en una danza irrepetible. No es esta la única pieza que el asturiano tiene por esos lares, pues en Pinta Miami saca a relucir otra obra de reciente creación, secundada esta vez por la sala mexicana Proyecto H.

Muy cerca de sus filamentos de luz inconfundibles estará el estand de Llamazares en Pinta. La galería de la calle Instituto apuesta, en esta ocasión, por Pamela Suasti, quien es toda una experta en las técnicas textiles, así como en la utilización de los tejidos como manifesticación de la naturaleza. Sus propuestas convivirán con los mares del gaditano Alejandro Botubol, incapaz de perder de vista la luz cuando agarra los pinceles. Sus proyectos nada tienen que ver con los colores de Isabella Despujols, una artista visual, amante por encima de todo de la creación textil y del bordado manual.

Maneras de hacer diversas y dispares como las que eligió Espacio Líquido para cruzar el charco. Esta sala apuesta por Ana Teresa Barboza y sus tejidos que, por momentos, parece que se derriten. A su lado, Jesús Hdez-Güero superpone cartulinas de colores, mientras que Gertrudis Rivalta echa mano de óleos y lentejuelas. Esos brillos que despuntan en su obra se mantienen gracias a Marina Núñez y su empeño por hacer arte, a base de cristal tallado con láser y luz led. Una propuesta arriesgada que se calma con la pintura de Samuel Sowatey, un artista que completa el estand de Espacio Líquido y que cierra la presencia asturiana al otro lado de un mar, que las galerías han luchado mucho para poder cruzarlo.