María José Moreno, 'Caco', Nacho Tellado, Julio Castro, Chomin y Begoña Tellado y Cristina y Corín Castro. En el suelo, Alejandra Tellado. En la imagen faltan otros dos nietos, Julio Castro y Santi Tellado, que no pudieron acudir a la convocatoria de EL COMERCIO. JOAQUÍN PAÑEDA

«Mi madre era una mujer moderna y feminista»

A diez años de su muerte, los hijos de Corín Tellado la recuerdan como una persona fuerte, recta y siempre positiva

JOSÉ L. GONZÁLEZ

GIJÓN.

Jueves, 11 de abril 2019, 00:26

Uno de los primeros recuerdos que Begoña y Chomin tienen de su madre es verla sentada en su despacho a las cinco de la mañana escribiendo en su máquina mientras fumaba. «Seguía hasta las tres. Cuando éramos pequeños escribía dos novelas a la semana para ... coger vacaciones en julio y agosto y poder estar con nosotros», recuerda Begoña, la mayor de los dos hermanos, sobre una de las escritoras más leídas en español, la autora de 4.000 títulos, la reina de la novela romántica que falleció hoy hace 10 años, Corín Tellado. EL COMERCIO reunió a la familia en la casa familiar de Gijón para recordarla el día en el que se cumple una década de su desaparición.

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Nacida en Viavélez, con nueve años se trasladó junto a su familia a Cádiz. Nueve años más tarde, falleció su padre y tocaba ponerse a trabajar. Poco faltó para que el destino de Corín Tellado cambiase de forma radical. Con un trabajo casi apalabrado, «fue a cambiar una novela y le ofrecieron una de amor. 'Esa no la quiero. Eso lo hago yo', le dijo al librero. Leyó su trabajo y ahí comenzó su carrera. Le pagaron muchísimo», explica Begoña Tellado, quien, como su hermano, cambió el orden de sus apellidos para mantener el de su madre.

Con su carrera lanzada, volvió junto a su madre a Viavélez, aunque tardó poco en trasladarse a Gijón, la ciudad en la que pasaría el resto de sus días. Allí se casó, allí tuvo a sus dos hijos y allí se separó de su marido, apenas tres años después de haberse casado. «Era una mujer moderna para su tiempo, demostró que era feminista y siempre reivindicó la igualdad», señala Begoña Tellado.

En sus novelas se refleja: mujeres periodistas, abogadas, que conducen, que fuman, perfiles poco habituales para su época que le valieron el reconocimiento de grandes firmas como Vargas Llosa y Guillermo Cabrera Infante.

Pero no todo fueron buenos momentos. Con sus hijos aún por criar, llegó el conflicto con su editorial, Bruguera, que acabó con una sentencia en su contra y la obligación de volver a escribir para ellos. «Tendría yo nueve años y recuerdo que fuimos en avión a Barcelona. Se pasó todo el camino llorando», explica Begoña Tellado, quien matiza que este es uno de los pocos recuerdos que tiene de su madre abatida. «No son recuerdos tremendos, no era una mujer de llorar por las esquinas. Se dio cuenta de que cuando tenía 18 años la habían engañado». Tampoco recuerda Chomin Tellado a su madre como una mujer a la que fuera fácil abatir. «Era tan recta que no nos pasó ni parte del problema. Siempre la vi muy feliz, muy contenta, nunca deprimida».

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En Gijón, donde vivió casi 60 años, Corín Tellado tenía unas rutinas sencillas. No era una mujer de grandes viajes, de lujos, de ostentar. «Sí de vivir bien en el día a día, pero nada más», recuerda Begoña, quien, como su hermano, mantiene en la memoria los sábados de peluquería y vermú, las paellas y asados de verano con sus amigos los Escandón, las amigas charlando en casa. «Nunca la vi salir de noche ni entrar en un pub», sostiene Chomin.

Lo que no perdonaba, recuerda su hijo pequeño, eran las comidas. «Daba igual que hubieras salido por la noche o no, a las dos de la tarde comíamos todos juntos». En torno a esa mesa también se tejía una relación cercana e intensa en la que «todos nos los contábamos todo. Si ligaba con alguna chica se lo decía», recuerda Chomin. «Mis amigas le contaban cosas que no le decían a sus madres», añade Begoña, quien apunta una de las características que mejor definían la personalidad de Corín Tellado: la cercanía. «Tenía una relación con los nietos estupenda. Mis hijos le contaron más cosas a ella que a mí. Era una gran conversadora, amena y divertida», señala Begoña Tellado.

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María José Moreno, 'Caco', es la esposa de Chomin. Antes de contraer matrimonio ya le pasaba a máquina las novelas y, en sus últimos años, las cogía al dictado. «Era moderna, tanto que ella me digitaliza a mí, y no al revés. Enseguida entendió que todo pasaba por el ordenador. Sin saber nada, le fascinaba internet y en cuanto vió la posibilidad, se libró de enviar los folios por Correos y me obligó a ponerme al día para mandar todos los documentos por email», señala.

Unos folios que se nutrían de una gran imaginación, de una fascinación por la vida que la llevaban a interesarse por todo, de mucha lectura, de muchas conversaciones y de un sentido especial para saber cómo llegar al público. Un compendio que, unido al trabajo y al esfuerzo, la llevaron a convertirse en una de las escritoras en español más leídas de la historia.

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