

Secciones
Servicios
Destacamos
Hasta los dieciséis años, Luis Rodríguez (Cosío, Cantabria, 1958) «no había leído ni un solo libro. De niño, yo vivía en mi pueblo como en ... un parque temático, jugando, feliz. Tenía inquietud por la cultura pero no la ejercía. Hasta que, a los dieciséis, llegué a Madrid, entré a una librería de la Puerta del Sol y me compré 'El jugador', de Dostoievski. Aquello me cambió la vida, porque me convertí en un lector compulsivo», contó este lunes tras alzarse con el Premio Tigre Juan -que recibió en el Auditorio Príncipe sin salir de su asombro y su ironía- por su obra 'Mira que eres'.
Es la sexta novela de este hombre que toda la vida ejerció como oficinista y que se define como «un vago profesional»: «En treinta años, solo escribí dos líneas: un ripio. Entre el pluriempleo, dos críos pequeños, que íbamos con una mano delante y otra detrás, siempre muy pelados, con trampas en las tarjetas... lo único que hice fue alquilar una máquina de escribir. Pero, a los cuarenta y tantos, dije: 'Hasta aquí'. Y me puse a ello».
Y así llegamos a su 'Mira que eres', un artefacto literario que podría ser una biografía fragmentada, o las historias que rodean a una biografía oculta. Relatos de crímenes, de amores confundidos, de infancias y pueblos, fraudes y robos, libros y actores de teatro que no se desprenden de los personajes que interpretan.
Todo, atravesado por el nihilismo y el humor negro que destila este cántabro afincado en Benicàssim cuyos textos se caracterizan por audaces tramas en las que aborda un tema recurrente: la identidad. Y también la obra premiada -destaca el jurado- «se mueve en un terreno inseguro, camina sobre el alambre, pero con descaro y soltura».
Una novela «breve e intensa, con un estilo muy personal y trabajado que desconcierta por su aparente sencillez» y que «resulta ser una narración atrevida, extraña y arriesgada que genera la sorpresa en el lector». En la que «la voz narrativa no suena nunca impostada ni soberbia, sino genuinamente sorprendida en su búsqueda, como cuando dice: 'Escribo para mirar lo que no veo'».
Y, junto a este autor capaz de contagiarnos de esa incurable enfermedad que es contar historias, el jurado -conformado por Azahara Alonso, Rafa Gutiérrez Testón, Milio Rodríguez Cueto, la periodista de EL COMERCIO Susana Domínguez Tejedor y Javier García- acordó reconocer en la categoría de finalista la obra 'Too late' (La Navaja Suiza), del crítico y profesor universitario Mario Aznar (Murcia, 1991). Un ejercicio de ficción crítica, que nace de una larga conversación inédita mantenida con Enrique Vila-Matas durante el verano de 2018 en la que el único compromiso que se autoimpuso Aznar fue respetar al pie de la letra las respuestas del escritor, «con un estilo a veces descarado y al mismo tiempo pulcro».
Dos propuestas a las que se sumaron las de los finalistas del Certamen Joven de Relatos Cortos Tigre Juan, cuyo jurado proclamó ganador al relato 'La consagración', del alicantino Roger Garrido Cortés, una crítica ácida y cargada de humor a los artificios que envuelven el entramado artístico.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.