Aventurero y divulgador científico en los canales de Youtube 'Medtrotters' y 'Diario de un MIR', que suman más de 100.000 seguidores, Pau Mateo (Barcelona, 1991) ganó popularidad porque el estallido de la pandemia le pilló en la zona cero de Italia, combatiéndola ... en primera línea. Mateo, que hizo el MIR en Oviedo y ha vivido en lugares como Logroño, Valencia y Lituania, hoy es médico de Urgencias en Piacenza, al norte del país, una de las zonas más golpeadas por la covid, y ayer fue uno de los ponentes que clausuraron FIMP, la séptima edición de la feria de las nuevas tecnologías y la innovación, organizada por Cuicui Studios en colaboración con este periódico. Ylo hizo con una charla que tituló'Médico y divulgador desde la trinchera:la batalla contra el coronavirus'.
–¿Cómo fueron esos meses?
–Fue la locura tanto para mí como para todos mis compañeros del hospital. Nadie esperaba encontrarse trabajando en medio de una pandemia. Con miedo a infectarnos, con estrés y mucho cansancio. Yo llegaba todos los días a casa con mucha pena, muy triste, y vacío. Estaba tan vacío que no me salían las lágrimas. Me iba a pegar una ducha y me sentía como una ameba.
–¿Qué lecciones nos está dejando esta pandemia?
–Curiosamente, acabo de ver una charla TED de Bill Gates de 2015 en la que decía que la próxima crisis mundial sería a causa de una pandemia producida por un virus. Y, aunque yo no creo en ninguna conspiración, sí me ha servido para reflexionar sobre algo que dijo un compañero mío:que la ciencia, la investigación, es como una planta. Tienes que regarla y cultivarla todos los días. No puedes, de repente, meterle muchísima agua porque se muere. Lo que está ocurriendo ahora es un reflejo de lo que pasa en España, pero también a nivel mundial:que se están dedicando muchos más recursos a otro tipo de cosas que a investigar. No sé si esto se podría haber prevenido, pero sí que podríamos haber tenido equipos para una hipotética pandemia.
–¿Ycómo afrontan esta segunda ola?
–Estamos muy parecidos a España y divididos por colores, dependiendo de cuántos casos haya en cada región por 100.000 habitantes, lo que hace que tengamos restricciones para movernos. La situación es complicada y estamos expectantes y preocupados porque hay muchas personas que tienen cáncer, patologías cardiológicas... que requieren un seguimiento. Entonces, con la pandemia, estas personas han dejado completamente de hacer estos seguimientos. En marzo y abril, la problemática eran las personas con covid, pero es que ahora, además, tenemos a todos estos pacientes a los que no se les ha atendido.
–¿Volverá a casa de sus padres en Logroño por Navidad?
–No. No va a poder ser porque seguimos con mucho trabajo y no quiero pedir vacaciones para que mis compañeros cubran mis turnos. Pienso que es el momento de que todos arrimemos el hombro y, si ahora estoy en Italia, debo comportarme como un italiano más. Pero es que, además, no me sentiría seguro viendo a mis padres, porque, aunque nos hacen muchas pruebas, existiría la posibilidad de que fuese asintomático. Serán unas Navidades diferentes y nos veremos por Skype o como sea.
–Se lo preguntaba porque las celebraciones pueden resultar claves de cara a la tercera ola...
–Claro. Ahora mismo, no me gustaría estar en la piel de ningún líder político, ya sea local, provincial, nacional, europeo o mundial. La situación es tan complicada que ni me parece bien lo que hace un partido político ni lo que dice el otro. Lo que tenemos que entender los ciudadanos es que esta no es una crisis a nivel sanitario, sino a todos los niveles. Tenemos una crisis educativa, agroalimentaria... Desde el punto de vista sanitario, para nosotros sería perfecto que todo el mundo se quedase en casa y que, cuando no hubiese ningún positivo, pudiésemos empezar de cero. Evidentemente, esto no lo puedes hacer porque hay muchísimas personas que se dedican a la hostelería, a los servicios... que no se pueden quedar en casa porque la economía debe seguir funcionando. Por lo tanto, es muy complicado y hay que buscar ese equilibrio, controlar el riesgo... Es extremadamente difícil gestionar esta crisis.
–¿Qué les diría a los negacionistas o a quienes se saltan las restricciones a la torera?
–Yo creo que siempre hay que tener un sentido crítico. En mis vídeos siempre digo que no se crean lo que yo comento solo porque soy médico, sino que cito las fuentes de donde lo saco y animo a que vayan ellos a leer esas fuentes. Pero a mí los negacionistas y los que solo ven conspiraciones me parecen muy dañinos, porque echan por tierra todo el trabajo que estamos haciendo para educar y, sobre todo, para salvar al mayor número de personas posible. A las personas que niegan la existencia de la covid lo que les diría sería:«Pasaos un día por una UCI o una planta».
–¿Qué verían allí?
–Que morir ahogado es una muerte muy puñetera y es real. De hecho, las personas que trabajamos en un hospital tenemos a veces que hacer de filtro para no explicar lo jodido que es todo y por la odisea que pasan estas personas. A lo mejor, tendríamos que ser un poco más crudos y decir:«Mira. Esta es la realidad». Por eso es muy importante no compartir algo si no has podido corroborarlo de fuentes certeras. El problema es que estamos en una sociedad en la que nos quedamos con el titular, pero nos cuesta leer el resto del artículo.
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