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Paz Velasco junto aMaría de Álvaro, en elacto del Aula de Cultura. J. M. PARDO
«Los primeros asesinos en serie fueron europeos»

«Los primeros asesinos en serie fueron europeos»

Paz Velasco de la Fuente presentó 'Muertes nada accidentales' en el festival literario, de la mano del Aula de Cultura de EL COMERCIO

Pablo Xurde Merino

Viernes, 12 de julio 2024, 02:00

Pese a que los grandes conocidos asesinos en serie sean norteamericanos, «los primeros de la historia fueron europeos y de la nobleza», afirmó ayer la autora Paz Velasco en la presentación de su 'truecrime' 'Muertes nada accidentales: un decálogo para matar', donde estuvo acompañada por la Jefa de Contenidos de EL COMERCIO y responsable del Aula de Cultura.

Igual que todo hijo de vecino, los asesinos tienen motivaciones emocionales. En su compilación, la escritora vallisoletana investiga cuáles son esas razones que han llevado a los protagonistas de esta decena de casos a recurrir al asesinato. «Diez emociones que cualquiera de nosotros ha sentido alguna vez», como la envidia, el amor o la vanidad, son las que pueden convertir a alguien en un asesino.

El «click» que empujó a los diez homicidas de este libro, que al principio eran dieciséis y fueron cribados por motivos editoriales, está relacionado con la soledad. Dennis Nielsen es un caso paradigmático. Un asesino en serie británico que llegó a convivir en su casa con los cadáveres de sus víctimas y sobre quien la autora explicó que «el multicida deja de sentirse solo porque comparte la vida» con las personas que había matado.

El decálogo es a su vez «un puzzle para el lector», según Velasco, quien introdujo fichas en los diferentes capítulos para que, al final, con perspectiva, se pueda hacer una comprensión integral de los casos.

Su especialidad en criminalidad psicopática y violenta le han permitido ahondar en las mentes de los asesinos –ocho hombres y dos mujeres– y asegurar que «el número de mujeres asesinas es muy bajo», pero que a diferencia de la agresividad «innata» de los hombres, que matan por deseo e imaginación, ellas «saben lo que quieren».

Tan cerca de la verdad como del dicho, «el dato que tiene que quedar claro cuando investigamos estos casos es que la realidad siempre supera a la ficción».

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