Olga Merino: «Yo con el diablo no hago pactos, por si acaso»
Olga Merino. Escritora y periodista ·
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Olga Merino. Escritora y periodista ·
Ha conquistado a público y crítica con su última novela, 'La forastera'Verónica García-Peña
Jueves, 2 de julio 2020, 02:09
Olga Merino (Barcelona, 1965), escritora y periodista, conocida por su trabajo de corresponsal en Moscú durante la caída del régimen soviético, ha conquistado a público y crítica con su última novela, 'La forastera' (Alfaguara 2020). Publicada tan solo un mes antes de ser ... confinados, se ha convertido en un superventas silencioso. Una obra que cautiva gracias a una historia tan emocionante como dura sobre la libertad y la capacidad de resistencia del ser humano. Un libro de esos que no hacen mucho ruido, pero que se abren camino y, cuando llegan, rasgan y permanecen. Western moderno narrado con pulcritud, cuidado y una riqueza léxica formidable; con un maravilloso pulso narrativo, tan rico como áspero, apropiado a la historia que se cuenta de una parte olvidada de España.
Matar a un personaje puede resultar traumático o terapéutico. ¿Por qué opción se inclina? Si pudiera hacerlo, ¿a qué personaje de la literatura mataría?
Muy terapéutico. En general, en todas las segundas y terceras versiones de los manuscritos suelen caer secundarios y actores de reparto que estorbaban. ¿A quién liquidaría? Remataría a tres que ya están muertos: Aliona Ivánovna, la usurera de 'Crimen y castigo'; Bill Sikes, el ladrón maltratador de 'Oliver Twist'; y el señorito Iván, de 'Los santos inocentes'. Los tres se ensañan con los débiles.
El cine y la literatura siempre han estado muy unidos. Si pudiera, ¿qué película basada en un libro le gustaría protagonizar?
'Memorias de África', de Isak Dinesen/Karen Blixen.
Hablando de cine, ¿cuál es su director favorito? ¿Y película?
Dos clásicos: Alfred Hitchcock y John Ford. Siguen fascinándome 'Rebecca' (1940) y 'The Searchers' ('Centauros del desierto', 1956).
Supersticiones y manías. ¿Usted escribe en secreto, sin desvelar apenas nada sobre ello, o es de los que les gusta hablar de lo que escribe?
Me confieso supersticiosa pero no con la escritura. No soy partidaria de hablar demasiado hasta que el proyecto esté acabado o en un estadio muy avanzado, aunque a menudo acabo contando más de la cuenta. Me interesa la opinión de lectores allegados en quienes confío.
Si pudiera convocar al fantasma de un escritor para hacerle una única pregunta, ¿a quién llamaría y qué le preguntaría?
A Virginia Woolf. Y la pregunta: ¿Por qué?, ¿por qué?, ¿por qué? Le sacaría las piedras mojadas de los bolsillos.
Dicen que todos tenemos un precio o que todo tenemos algo por lo que seríamos capaces de hacer cosas inimaginables. Usted, ¿por qué vendería su alma?
Yo con el diablo no hago pactos, por si acaso. Bastantes jugarretas se gasta sin invocarlo.
¿Con qué villano, real o de ficción, montaría una empresa? ¿Por qué?
En el caso improbable de que me fueran leales, haría tres fichajes de excepción: a Lady Macbeth la colocaría en márketing y diseño de estrategias; al ciego de 'El Lazarillo de Tormes', en el departamento de contabilidad. Y el puesto de comercial y relaciones públicas se lo daría a la Marquesa de Merteuil, la gran seductora de 'Las relaciones peligrosas'.
Cuando alguien conocido se acerca a usted y le dice aquello de «creo que podrías escribir sobre mi vida, que da para más de una novela», ¿usted qué piensa? ¿Y cómo sale del paso?
Le animo a que se remangue y se ponga de inmediato a la tarea para que comprenda que la vida, así, a palo seco, sin estructura ni elipsis ni puntos de giro, resulta un peñazo indigerible.
De las siguientes frases, hechas con demasiada frecuencia a los escritores, ¿cuál es la que más detesta?: «No te olvides del incluir un final feliz que a la gente le gustan los finales felices». «Tienes que meter mucho sexo, que eso siempre vende».
Las dos que usted plantea son muy buenas. Otra pregunta moscardón es: «Oiga, esto que cuenta, ¿es verdad o mentira?» o «¿es usted (o se parece) al personaje equis?»
Si pudiera ser un personaje en un libro, el que le diera la gana, ¿qué tipo de personaje le gustaría ser? ¿Héroe o villano? ¿Principal o secundario? ¿Hombre o mujer?
El escalafón y el género me resultarían indiferentes. La catadura moral ya sería otro cantar, aunque, como novelista y como lectora, los malos dan mucho mejor juego. He pasado ratos fantásticos con el Doctor Jekyll y Drácula; con Bertha Mason, la loca encerrada en el desván de 'Jane Eyre'; con Tía Lydia, de 'El cuento de la criada'. O con Tom Ripley, de Patricia Highsmith.
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