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Muere la escritora Blanca Álvarez

Muere la escritora Blanca Álvarez

Poeta, ensayista, novelista y autora de literatura infantil y juvenil, fue una mujer libre y comprometida

M. f. antuña

Domingo, 14 de febrero 2021, 12:34

Era una mujer de armas tomar, una escritora lúcida, uno de esos personajes imprescindibles de la cultura asturiana que dejó su herencia en un buen número de libros y también de forma habitual en las páginas de este periódico. Ayer moría Blanca Álvarez, con 64 años vividos con intensidad en la realidad y en las ficciones que compuso.

Frecuentó todos los géneros esta mujer nacida en Coaña que en los últimos años se alejó de la literatura por razones médicas. Escribió novela, ensayo, poesía y también halló un amplísimo hueco en la literatura infantil y juvenil. Y sus comienzos, como se encarga de recordar el crítico literario y poeta José Luis García Martín, fueron provocativos y repletos de versos. «Ella comenzó con los poetas de los años ochenta, con los nombres de esa renovación poética», señala Martín, que recuerda aquellos tiempos de auténtica eferverscencia en la Luna de Abajo, los Jueves Literarios o la Tertulia Óliver. «Era un tiempo en que la mujer empezaba a hablar con voz propia, dejaba de ser musa para convertirse en protagonista». Y Blanca Álvarez lanzó sus versos incluso con una connotación lésbica «que no era biográfica» pero que tenía un cierto ánimo de aldabonazo, de golpe en la mesa.

Pero dejó los versos por la prosa. Y se convirtió en escritora profesional. Era una mujer con una escritura eficaz, que fue capaz de vivir de la literatura y eso es ya un logro en sí mismo. Ganaba premios, firmaba novelas de éxito, escribía reportajes, también ensayos. «Era una persona con una gran capacidad literaria», resume Martín, que la recuerda también como una notable ensayista que dejó su huella impresa en la revista 'Clarín'.

Más de ochenta obras llevan su firma. Y no solo eso, también el sello de los múltiples premios a los que aludía Martín, empezando por Internacional de Poesía Cálamo. 'La agonía de los deseos', 'Las niñas no hacen ruido cuando mueren', o 'Sarajevo-Berlín, billete de ida' fueron algunas de sus primeras obras, tras la que llegó 'El escritor asesino', todas ellas para el público adulto. Pero el infantil, con publicaciones como 'Milú, un perro en desgracia' también le dieron alegrías. En 2002 con 'Caracoles, pendientes y mariposas' obtuvo el XIII Premio de Literatura Infantil Ala Delta.

Un año después se hizo con el Premio de la Crítica de Asturias por 'El puente de los cerezos'. El Premio Destino Infantil con 'Witika, hija de los leones' llegaría después. Fueron muchísimos los títulos en una carrera dilatada en la que nunca dejó de escribir mientras que la salud se lo permitió. Un ictus forzó su retiro y está en el origen del fallo multiorgánico que ayer se la llevó en Oviedo. 'Las herejes', publicada en 2015, fue una de sus últimas novelas que presentó en Oviedo junto a su gran amiga Amelia Valcárcel.

Siempre activa, siempre comprometida, se distinguió por su feminismo militante. «Mis primos me dicen: ¿Por qué eres feminista si vives bien, eres culta...? Ya, pero, mientras haya una sola mujer a la que le corten el clítoris o una niña a la que casen con un tío de 60, a la que asesinen, yo tengo la obligación de ser feminista», confesaba en una entrevista con este periódico cuando presentó 'Las herejes'. Ella, sin pelos en la lengua, fue libre hasta el final: «Ya estoy muy mayor. Me he comprado la libertad de decir lo que quiero, algo que tiene un precio que no todo el mundo está dispuesto a pagar».

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