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PABLO ANTÓN MARÍN ESTRADA
GIJÓN.
Miércoles, 28 de abril 2021, 03:37
Que la diversidad estética marca la norma del panorama de la poesía española actual es una evidencia que ayer quedó patente en una de las jornadas más intensas de los encuentros POEX 21. Dos mano a mano de excepción, el de Martín López-Vega ... con Luisa Castro y el protagonizado por Luis García Montero con Karmelo C. Iribarren, mostraron en el patio del Antiguo Instituto esa variedad de tonos que caracteriza la lírica nacional y el colofón puesto por el cantautor y poeta Marwan lo terminó por corroborar definitivamente.
En la primera sesión, López-Vega y Castro, presentados por Nacho González, leyeron textos de sus últimos libros: 'Egipcíaco' (2021) y 'La fortaleza. Poesía reunida' (2021). Acerca de éste, su autora reveló que desde su título juega con la idea de «un fuerte, casa o lugar donde refugiarse como en el lenguaje y desde el que disparar y sentirse protegida», algo que también da sentido a la literatura «como obra en construcción, porque el algo anhela ser y las palabras son», señaló. El asturiano apuntó del suyo que «tiene mucho de diario de viajes» y también de diálogo con la memoria, ya que «vivimos rodeados de fantasmas y algunos acompañan». Sobre su propia escritura declaró que «escribo poesia de autoayuda, porque si un texto no le sirve a uno es difícil que llegue a nadie. Cada poema es siempre un intento de responder a preguntas que la vida nos plantea».
Una brillante introducción de la profesora Araceli Saavedra sobre las afinidades y contrastes entre García Montero e Iribarren dispuso el terreno para que ambos autores recitaran piezas de sus recientes títulos. El primero definió 'No puedes ser así. Breve historia del mundo' (2021) como un libro que «refleja mi intimidad y mi deseo de dar una nueva oportunidad a la democracia y a la Ilustración frente al discurso del odio y el totalitarismo». Sobre su poética, señaló que «cuando uno escribe busca crear efectos, el de la naturalidad es tan difícil o más que el del hermetismo. Creo que la literatura es un género de hospitalidad, busca que el lector habite el poema». Su compañero de mesa, habló de 'Poesía reunida' (2019): «Podría titularlo 'Pequeños incidentes' porque son los que nos van conformando y dando sentido a la vida, yo no soy nada dado a la transcendencia, sino a sucesos que me obsesionan y tengo que sacar de la cabeza para sentirme más tranquilo», aseguró.
Otra evidencia que mostró la jornada de POEX fue la de que la lírica, lejos de ser el género minoritario de los tópicos, es capaz de convocar a un público numeroso como el que llenó el aforo restringido del Antiguo Instituto en las tres sesiones, especialmente con la presencia de Marwan. Éste, antes de leer sus poemas y terminar cogiendo la guitarra, dejó en su diálogo con Miriam Perendones sabrosos titulares: «Soy un aprendiz de poeta» o «en una poesía siempre puedes contar más cosas que en una canción, que se ajusta a un tiempo, una rima, y a la vez un buen poema puede no ser una buena canción». Sobre sus referentes literarios fue sincero: «Mis influencias estuvieron sentadas aquí: tanto Montero como Karmelo». Y, acerca de la propia definición de sus creaciones, tanto en libro como en disco, se mostró igual de claro. «Llo que me importa es emocionar, no si lo que hago es poesía o no, que una canción o un texto transmita algo a los demás de lo que yo sentí al escribirlo», zanjó.
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