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La escritora asturiana Corín Tellado, en 2008. P. Citoula
Mario Vargas Llosa, declarado admirador de Corín Tellado

Mario Vargas Llosa, declarado admirador de Corín Tellado

En 1981, Vargas Llosa dedicaba un cariñoso y sincero panegírico en EL COMERCIO a la que consideraba «uno de los tesoros más singulares de la tierra asturiana»

I. B. / A. C.

Lunes, 14 de abril 2025

«Asturias es conocida en el mundo por sus montañas, por sus minas de carbón y de hierro, por la fabada y la sidra. Pero acaso su principal producto de exportación sean las historias sentimentales de una escribidora: Corín Tellado», comenzaba a narrar Mario Vargas Llosa en un artículo que se publicó en EL COMERCIO el 18 de julio de 1981, tras visitar a la genial autora en su casa de Gijón, «muy cómoda y amplia, con piscina, cancha de tenis y de futbito y un bello jardín».

El escritor peruano no dudó en expresar en esta y en otras numerosísimas ocasiones su admiración por la asturiana, de quien supo por primera vez cuando vio llegar a una joven peruana a París cargada de sus novelas, pues no quería quedarse sin sus lecturas durante el año que pasaría estudiando en la Sorbona. Después, él mismo descubrió una pequeña librería de Londres donde vendían sus novelas. Y llegó el flechazo.

Tras su encuentro en Gijón tantos años después, confesaba: «Me quedaría horas, días, oyéndola y viéndola hasta contagiarme y ser capaz, como ella y Balazo, de escribir una novela en dos días. Pero van a ser las diez de la noche y me retiro para que pueda levantarse a las cinco en punto de la mañana a inventar su historia de amor». Porque eso hacía Corín. Escribir y escribir sin apenas descanso.

Tal fue su admiración por ella que Vargas Llosa le dedicó un programa en el espacio televisivo que tuvo en Perú, 'La torre de Babel' (Panamericana, 1981), que se emitía los domingos por la noche. Pasó así el nombre de Corín por las pantallas de los peruanos como pasó el de Jorge Luis Borges.

Correspondido

Y al igual que ocurre con el amor, que siempre es correspondido porque, si no, no es amor, es otra cosa, la admiración entre Vargas Llosa y Tellado iba en dos direcciones. Así lo confirmaba ayer Begoña Tellado, la hija de la prolífica autora. «Ella siempre lo recordaba. A él y a Cabrera Infante, porque había estado con los dos y estaba muy orgullosa de ello. Hablaba de forma muy emotiva, porque Vargas Llosa estuvo en nuestra casa, en Roces. También se acordaba de su mujer, que vino con él», rememoraba. Y desde entonces «leía todo lo que él publicaba».

Ojo a la opinión de una voz sin duda, en lo literario, más que autorizada. El que en 2010 se convertiría en Nobel de Literatura llegó a asegurar: «No es impropio decir que Corín Tellado, la escribidora asturiana, fue probablemente el fenómeno sociocultural más notable que haya experimentado la lengua española desde el Siglo de Oro».

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