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PABLO A. MARÍN ESTRADA
VILLAVIOSA.
Lunes, 30 de octubre 2017, 04:06
La novela y la percepción de la literatura asturiana en el exterior centraron los debates con los que ayer se clausuró en Villaviciosa la VII Xunta d'Escritores Asturianos. Sergio Buelga, Roberto González-Quevedo, Antón García, Pilar Arnaldo y Laura Marcos, dialogaron moderados por Pablo ... Texón acerca de las posibilidades del género narrativo de larga extensión en el contexto actual, aunque fue la segunda mesa, 'La lliteratura asturiana vista dende fuera', la que suscitó la discusión más amplia y sirvió a manera de conclusiones generales para algunos de los temas tratados durante las dos jornadas del congreso.
El llanisco Martín López-Vega, director de Cultura del Instituto Cervantes, ejerció de moderador en el debate protagonizado por la poeta Elena Medel, en representación de la literatura en español, el portugués José Rui Teixeira y la valenciana Anna Moner, a los que se sumaron los asturianos Xuan Bello y Berta Piñán.
«En Madrid es fácil encontrar libros en gallego o en catalán; en asturiano es imposible» fue la impresión manifestada por Medel. Una constatación similar a la que expresó Teixeira: «Pese a nuestra proximidad geográfica no hay conexión y es lamentable», afirmó, sabedor de «que la literatura portuguesa es la más traducida en asturiano, algo que produce una cierta melancolía». El crítico y escritor luso animó a sus colegas del Principado a resolver «sin complejo de inferioridad el estado agónico que se percibe» ya que «conseguir una gran literatura no depende de los autores militantes ni de las condiciones políticas favorables sino de su calidad» y puso el ejemplo de su país: «Pessoa escribió en un tiempo en el que la mayoría de los portugueses eran analfabetos y la mejor literatura se realizó en épocas políticamente nefastas», recordó.
Por su parte, la valenciana Moner, reconoció en el momento actual de las letras asturianas «una situación similar a la que vivimos nosotros hace años» y consideró básico para superarla «el reconocimiento oficial de la lengua, que facilitaría el terreno en el ámbito editorial, educativo o de los medios». Piñán y Bello hablaron desde su experiencia como autores asturianos para coincidir en que «el sitio que buscamos hoy no es el de la lengua sino el de la escritura y la proyección fuera es un asunto de invisibilidad más que de desinterés», dijo la primera y su compañero de mesa llamó a «erradicar la vocación de ser isla, fuera hay interés y la literatura es siempre un discurso sobre el otro, tenemos percha donde colgarla», afirmó el autor de Paniceiros. Ambos apostaron por la creación de un Instituto de les Lletres que favoreciera esta proyección exterior.
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