Juan Madrid: «En la novela policíaca hay buenos y malos. En la negra, no, como en la vida»

El nombre y la particular estampa de Juan Madrid (Málaga, 1947) han estado unidos a la Semana Negra desde su primera edición. Orgulloso de seguir al tajo de la escritura a sus 77 años («Aunque aparento 76 y medio», bromea) y con casi 60 títulos publicados, ayer regresaba al festival con nueva novela, 'Cuando llegue la mañana' (Alianza). Definido como «una leyenda de la novela negra, urbana y social» por su amigo y colega, Alejandro Gallo –que hacía doblete presentando también su volumen de relatos 'Gorgonio, comisario emérito'–, el veterano escritor evocaba sus inicios literarios con 'Un beso de amigo' (1980), finalista de un premio «con un tal Vázquez Montalbán y un tal Juan Marsé en el jurado», y donde nacía como personaje Toni Romano. El mítico detective vuelve también a su trabajo en su última novela para investigar la desaparición de una niña recién nacida y destapar una sórdida trama de bebés robados que salpica a la élite madrileña.

Acerca de este nuevo caso para Romano, su autor explicó que el punto de partida estaba en unos hechos que él vivió hace años cuando era reportero de 'Cambio 16' y descubrió una trama similar en la que estaba directamente implicada una conocida clínica privada de Madrid. «Se publicó y yo esperaba que nos cayera un buen paquete, pero no pasó nada». Ahora ha retomado el caso real para poner nuevamente el foco sobre la corrupción que sigue campando a sus anchas bajo la superficie de la realidad cotidiana. Recuperar esa historia de su etapa como periodista de investigación le dio pie al hablar de ella del interés que mostró desde el comienzo de su carrera literaria por el género negro: «Me atraía la novela policiaca de Simenon, luego vi que los americanos y los franceses escribían cosas distintas y con otros nombres». Si finalmente se decantó por la narrativa negra fue «porque para mí es la mejor manera de hacer un análisis social. En una novela policiaca hay buenos y malos, en la negra no, como en la realidad», expresó.

Las miserias e injusticias siguen ahí, por eso afirmó: «Ese es el caldo de cultivo de mis novelas, no podría escribir sobre otras cosas». Su nuevo libro es una muestra de que continúa fiel a ello.

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