Emilio del Río: «Me gustaría protagonizar el 'Kamasutra'. No habría dobles. Yo rodaría todas las escenas»

-Leer forma parte del oficio de escribir, ¿existe algún libro que haya leído e incluso disfrutado y que nunca confesaría haberlo hecho?

Como escribió el gran Borges: «Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído». Lo vergonzante es no leer. La dictadura de lo políticamente correcto no dejaría publicar 'Lolita' de Nabokov.

-¿Y alguno que por mucho empeño que ponga, no es capaz de leer?

En general si no me gusta no me castigo. Lo dejo. Thoreau ya lo dijo hace 200 años: «Lee los buenos libros primero; lo más seguro es que no alcances a leerlos todos». No puedo con los libros de autoayuda. Son los vendedores de crecepelo del alma.

-Imagine que pudiera salvar el mundo, ¿con que héroe de ficción lo haría?

Con alguien cachondo y español, un genio, Torrente.

-Y si su misión fuera, en realidad, destruirlo. Entonces, ¿con que villano, también de ficción, se asociaría?

Con el Capitán Garfio. Es un malo muy querido por todos que forma parte de nuestra educación sentimental.

-Me gusta preguntar por la música que nuestros autores escuchan mientras crean, pero esta vez voy a preguntarle por la que nunca escucharía. ¿Hay algún género, grupo, artista, etc. que no se pondría mientras escribe?

La música electrónica. No me gusta nada. No lo escucho nunca, ni cuando escribo ni cuando no escribo. Es como darse martillazos en el cerebro

-Más música. Me han contado que le gusta mucho Franco Battiato. «La estación de los amores viene y va…» ¿Cómo proseguiría?

Hay cuadros que definen una época y músicos que le ponen banda sonora. Battiato le pone banda sonora a finales del XX. «La estación de los amores viene y va/ y los deseos no envejecen, a pesar de la edad/ Carpe diem, ama y disfruta de la vida».

-«Somos romanos, aunque no nos demos cuenta», reza su libro, pero ¿y si alguien cambiase el pasado y hoy todos fuéramos, en realidad, escandinavos?

Pues nos haríamos el sueco (se ríe). En realidad no tiene que ver con Suecia, sino de un personaje de la comedia romana que para hacer reír hacía que no entendía nada, y llevaba unos zapatos de madera enormes llamados 'socus' —de 'socus' viene también 'zueco'—, y de ahí, 'hacerse el sueco'.

-Que todos fuéramos escandinavos suena a distopía, pero si pudiera elegir una distopía en la que vivir, ¿cuál escogería?

¡Pero si ya vivimos en una! La realidad supera a la ficción, como dijo Oscar Wilde, en una sociedad condicionada por el coronavirus en la que vamos con mascarilla, y es fundamental, y no podemos tocarnos ni abrazarnos ni besarnos.

-El cine y la literatura siempre han estado muy unidos. Si pudiera, ¿qué película basada en un libro le gustaría protagonizar? Puede ser una distopía de nuevo o no. Usted decide.

Alguna con mucho y buen sexo. Hay varias y magníficas, de Martin Amis, de Kundera, de Philip Roth. 'Decamerón' de Boccaccio o 'Trópico de cáncer' de Henry Miller. Hay mucho sexo y es una obra maestra del XX. Pero, sin duda alguna, me gustaría protagonizar una obra hindú magistral: el 'Kamasutra'. El 'Kamasutra' define el sexo como una 'unión divina' y que por sí mismo no es algo 'malo'. La obra ayuda a disfrutar del sexo a un nivel más profundo, alejado de la frivolidad. Y no habría dobles. Yo rodaría todas las escenas.

-Hablando de cine, terminemos con un par de preguntas clásicas y muy poco originales, ¿cuál es su director favorito? ¿Y su película?

Woody Allen. 'Manhattan'.