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Caroline Darian. Olivier Roller
Caroline Darian, hija de Dominique Pelicot: «Creo que mi padre no se detuvo con Gisèle»

Caroline Darian, hija de Dominique Pelicot: «Creo que mi padre no se detuvo con Gisèle»

La hija del depredador sexual publica un libro en el que explica el duelo en el que vive desde que se enteró del currículum criminal de su padre

Lunes, 27 de enero 2025, 14:08

Caroline Darian, hija del depredador sexual que drogó durante años a su esposa para que medio centenar de hombres la violaran, está convencida de que su madre no fue la única víctima de los ultrajes perpetrados. «No tengo ninguna duda sobre las veleidades de Dominique. Creo que no se detuvo con Gisèle», afirmó Darian este lunes, durante una rueda de prensa telemática para presentar su libro ‘Y dejé de llamarte papá’ (Seix Barral), que acaba de ser publicado en España. Su relato es un desgarrador testimonio sobre el duelo, aún en curso, tras descubrir que su padre llevaba una doble vida: por un lado, un ejemplar padre de familia; por el otro, un criminal contumaz.

Darian no tiene la certeza de que su padre haya cometido abusos sexuales con ella, aunque sospecha lo peor. «Dado que él se negó a responder a mis preguntas durante el juicio, me quedo con mis dudas e incertidumbres. No tengo pruebas tangibles que pueda presentar». Caroline celebra la condena de 20 años de prisión impuesta a su padre, la pena máxima posible. Sin embargo, expresó su desazón por las sentencias dictadas contra los otros 51 acusados en el caso. «Las penas que les impusieron están muy por debajo de lo que pedía la Fiscalía. Diecisiete de ellos han apelado, lo que les hace presumiblemente inocentes».

La policía encontró en la casa de Dominique Pelicot decenas de miles de fotografías, vídeos y conversaciones que demostraban que, durante al menos diez años, drogó sistemáticamente a su esposa para que desconocidos, a quienes seleccionaba en una web de citas, acudieran a su domicilio a violarla mientras él lo grababa todo. Pese a las abrumadoras evidencias, Dominique Pelicot negó los hechos durante el juicio, que sacudió los cimientos de la sociedad francesa y traspasó fronteras por el horror que narró Gisèle Pelicot. «Mi padre está tan dividido en su personalidad que admitir toda la verdad le resulta imposible», afirmó Caroline.

Gisèle Pelicot, quien decidió que el juicio se celebrara con las puertas abiertas a la prensa, buscaba que, como afirmó su hija en una frase ya célebre, «la vergüenza cambiara de bando». Esta reflexión surgió cuando Caroline se percató de la humillación que suponía llevar el apellido del verdugo y de la víctima: «Es una fórmula que habla y interpela a muchas personas, especialmente a las víctimas de violencia sexual, que suelen tener miedo de afrontar la situación y decir las cosas. No les corresponde a las víctimas cargar con la vergüenza».

Estoicismo

Gisèle Pelicot, de 72 años, soportó el juicio con un estoicismo ejemplar, hasta el punto de que se ha erigido en un ícono de la lucha contra la violencia sexual. Mientras tanto, Caroline Darian está inmersa en un proceso terapéutico para aliviar su sufrimiento y ha decidido que su hijo sepa toda la verdad sobre su abuelo. «Mi hijo está con una terapeuta desde hace tres años y hoy está bien. Ahora tiene diez años, va al colegio y sabe que su abuelo hizo cosas muy graves y que pasará el resto de su vida en la cárcel», explicó Caroline, quien considera que no ocultar la verdad a los niños es «parte del proceso de sanación».

La escritura del libro ha sido una herramienta esencial para sobrellevar el «cataclismo absoluto» que transformó su vida. Darian, pseudónimo de Caroline Peyronnet –apellido que procede de la contracción de los nombres de sus dos hermanos–, lamenta el trato que reciben las víctimas de agresiones sexuales. A pesar de la conmoción generada por lo ocurrido con su madre, denuncia que el apoyo dispensado a las víctimas no ha mejorado de modo significativo.

«Es muy violento que las víctimas tengan que demostrar constantemente su papel en las agresiones. Nuestro sistema judicial tiene que avanzar, porque no se puede permitir cualquier cosa en un juicio. Hemos visto cómo los acusados se parapetaban y los abogados empleaban un tono absolutamente violento. Eso no es aceptable». dijo la hija de Giséle y Dominique Pelicot, quien siente la amargura de que su padre se haya entregado «a la perversión». «Un padre criminal no nos hace criminales; el crimen no es algo genético», sentencia.

Para Caroline Darian, es indispensable que se preste apoyo a las víctimas desde que salen de la comisaría tras presentar una denuncia. Sobre todo, dice, es preciso que mejore la atención médica, con el fin de que el personal sanitario sepa detectar la sumisión química.

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