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Dice Arantza Margolles que el desastre de Annual fue «un episodio muy interesante», a pesar de no estar «muy valorado por la historiografía». La historiadora ... y colaboradora de EL COMERCIO recuerda que aquellos hechos que tuvieron lugar en 1921 están escondidos entre las sombras porque fue «una derrota sin paliativos del ejército español, fue casi un suicidio militar».
Fueron muchos los muertos y los desaparecidos en aquella batalla, aunque lo que a Margolles más le llamó la atención de lo sucedido fue «la solidaridad que hubo en Asturias», ante ese panorama desolador. En ella ahonda en su ensayo 'Fuimos granos d'arena', el libro que ayer presentó en la Librería De Bolsillo, junto a la escritora Pilar Sánchez Vicente.
«Empecé a investigar ese tema, precisamente a través de EL COMERCIO. Un día haciendo la sección 'Viejo Gijón', me encontré con una oleada de solidaridad que me recordó mucho a las que se generan en el presente con la guerra de Ucrania y con la dana».
Descubrió entonces la historiadora que los asturianos «se habían movido un montón», para ayudar a «aquellos soldados desaparecidos». Y esto ocurría especialmente en el Principado porque «había muchos soldados de clases muy bajas que estaban allí y porque Adeflor, el que era entonces director de este diario, montó allí una oficina de búsqueda de personas».
Nadie era ajeno a lo que estaba sucediendo y Margolles reconoce que presentar –negro sobre blanco– todo lo que descubrió y hacerlo en la llingua de nuestra tierra le dio algo de miedo. «Escribir en asturiano un ensayo histórico no es lo más normal del mundo. Da un poco de vértigo», confiesa, al tiempo que recuerda que este libro, a pesar de ser «muy concreto, es muy interesante porque se puede aplicar al presente».
Hoy en día, hay muchos ecos de aquella historia que quizá, en el futuro, se convierta en alguna página más. «Siempre me había fijado en las manifestaciones de solidaridad y hay muchos ejemplos muy guapos para narrar en Asturias». Piensa Margolles, por ejemplo, en todos aquellos niños austriacos que «unos pocos meses antes de Annual, fueron acogidos en el Principado y que venían como ahora los saharauis a olvidar penas». Su familia abrió sus puertas a uno de ellos y tal vez ahí esté el germen de una nueva historia en la que ahondar. Al tiempo.
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