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Álvaro Soto
Domingo, 11 de junio 2017, 01:07
La crisis, coincidente en el tiempo con la revolución tecnológica, ha dejado una España muy distinta a la de la bonanza. De hecho, ha dejado cuatro Españas, cree la socióloga Belén Barreiro, que publica 'La sociedad que seremos' (Planeta), un análisis del país que queda después de la tormenta económica. Barreiro explica que todo el país ha sufrido, pero algunos ven el futuro con más optimismo que otros. La recesión ha dejado una España dual de acomodados y empobrecidos que obviamente ya existía pero que se ha reforzado, de manera que ha aumentado la desigualdad, cuenta.
Para resumir su tesis, la expresidenta del CIS ha puesto nombre a cuatro arquetipos cuya situación personal y profesional encaja con lo que dicen de los españoles las estadísticas. En primer lugar, se encuentra Miguel, el 'digital acomodado', que tiene un buen trabajo y cree que el futuro seguirá deparando oportunidades: vota a Ciudadanos. Después aparece Alicia, la 'digital empobrecida', una joven que solo puede permitirse algún capricho gracias a las ofertas que encuentra en internet: apoya a Podemos. Sabino es el 'analógico acomodado', un recién jubilado que ha tenido toda su vida un buen empleo y que, con sus hijos bien colocados, no teme la globalización: se decanta por el PP. Por último está Josefa, 'analógica empobrecida': ha vivido toda su vida con dificultades económicas, no utiliza internet y cree que el mundo está cambiando muy rápido: se declara del PSOE.
Esto es una simplificación y además, las cuatro Españas no son igual de grandes. Según el CIS, el grupo más numeroso es el de los digitales acomodados, con el 33%; después están los digitales empobrecidos, con una cifra similar; los analógicos empobrecidos son alrededor del 25% y los analógicos acomodados, el 10%, subraya. Entonces, ¿por qué gana las elecciones el PP? Porque es el que más votos recoge de otros grupos, aunque el PSOE es el partido que más se parece a España porque a él le votan de todos en una proporción similar, aunque tengan sobre todo analógicos empobrecidos.
Cree Barreiro que todas esas Españas van a convivir, aunque existe una tensión entre ellas que se percibe muy claramente. Vamos a tener una España a dos velocidades, anticipa la fundadora y directora de la empresa MyWord.
La clase media, sobre la que pivotan los discursos de todos los partidos, no ha desaparecido, pero sí se ha empobrecido con la crisis, destaca Barreiro. Pero en indicadores de tipo subjetivo la fotografía no es alentadora. Antes y después de la crisis hay una mayoría de ciudadanos que se definen como de clase media, pero cada vez son menos, mientras que suben los que se incluyen como clase baja. Nos parecemos más a la estructura de los años 90, ahí ha habido un paso atrás, asevera.
También lo ha habido en los índices de felicidad. La crisis nos ha hecho más tristes, con un descenso mayor que el de cualquier otro país. Pero como datos positivos, somos los que más sentimientos de compasión y empatía tenemos. Además, la opinión respecto a la situación política y económica presente y futura está mejorando y sabemos que del optimismo bebe la felicidad, agrega Barreiro, que sin embargo, ve el futuro de los jóvenes con peores perspectivas: Han sido los que más han sufrido y tienen una gran desconfianza social. Como consumidores se han vuelto muy austeros.
Y si mañana hubiera elecciones, Barreiro cree que el PP caería por la corrupción, el PSOE se recuperaría tras la resurrección política de Pedro Sánchez, también subiría Ciudadanos, por la caída del PP y por el 'efecto Macron' y Podemos sufriría un ligero desgaste.
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