ELENA S. HERRERO
Lunes, 8 de agosto 2016, 01:35
Quizá lo eligió porque está rodeado de árboles frondosos, o puede que la razón sea el jardín perfectamente cuidado, o tal vez ese especial sonido tan relajante que brota de la fuente. Solo él sabía por qué, pero era el lugar que escogió para echar a volar su imaginación, para adentrarse en los laberintos tan íntimos de su mente maravillosa, para reír y quizá para llorar. Y en la mañana de ayer, este lugar, su lugar favorito, le acogió y le acompañó en su descanso.
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«Parece una muerte romántica», decía el catedrático de Filosofía Alberto Hidalgo, recordando que se fue dos días después que su esposa. Para él, era un «gran maestro, pero sobre todo una gran persona». Es por eso que hasta allí se trasladaron amigos, discípulos y representantes políticos para despedir a una de las figuras del pensamiento de toda España.
No faltaron buenas palabras, sentimientos y grandes demostraciones de afecto. «Fui alumno suyo en cuatro asignaturas. Es una persona muy importante en mi carrera académica», expresó el viceconsejero de Cultura, Vicente Domínguez. No faltó tampoco el alcalde de Llanes, Enrique Riestra, pues don Gustavo, «era un amante de este concejo, residente y defensor de lo que es un paisaje que le debe mucho a él y a su familia», manifestó.
La figura de Bueno es esencial para la filosofía española, pero una persona «desconocida en su parte entrañable» y allí reunidos, como una gran familia, se hallaban todos los que lo «quisimos y a los que él quiso», contó emocionada la exconsejera de Cultura Mercedes Álvarez. Le debe mucho. «Aprendí a pensar gracias a él», declaró.
La tarde iba avanzando y no solo pensadores pasaban por la biblioteca para despedir al filósofo riojano. El escritor Gómez Fouz se acercó hasta allí para despedir a un gran amigo. Consciente de su estado de salud, para Fouz «no fue una sorpresa su muerte, ya estaba mal del corazón y lo de su mujer le afectó». Otra escritora, Susana Pérez Alonso, también quiso arropar a la familia.
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El profesor de Filosofía Tomas García era uno de los más afectados, pues fue alumno de la primera oleada en el año 1964. «Es la figura central de mi vida, se lo debo todo». Emocionado recordó algunas de las clases que recibió de don Gustavo en Oviedo. «Es el filósofo del siglo al igual que Platón lo fue en su época». «Lo ha tratado todo, política, religión, ciudad, guerra, democracia, deporte, cultura...», expresó. Pero si algo supo tocar Bueno fue el corazón de su gran amigo Vidal Peña, otro catedrático de la Universidad de Oviedo. «Era muy simpático. Le gustaba debatir, lo disfrutaba, él siempre decía que si no discutía es que despreciabas a la persona», apuntó.
También pasaron por la casa de Niembro de la familia Bueno los concejales de Oviedo Gerardo Antuña (PP), Ana Rivas Súarez (PSOE) y Luis Pacho (Ciudadanos).
A última hora de la tarde, el consejero de Presidencia del Principado, Guillermo Martínez, se sumó al duelo general con una visita a la casa. Por su parte, el consejero de Educación y Cultura, Genaro Alonso, que no se desplazó a Llanes, sí lamentó el fallecimiento: «Ha sido un dinamizador del pensamiento y una figura clave de la cultura española», afirmó.
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