ALBERTO PIQUERO
Jueves, 16 de junio 2016, 00:37
'Breves acotaciones para una biografía. Los poetas en imágenes', es el epígrafe genérico del ciclo que en la tarde de ayer se estrenó en el Aula Severo Ochoa de la Universidad de Oviedo, inspirado por la Cátedra Ángel González, y que en su puesta de largo recogió el itinerario vital y la obra del propio creador que le da nombre, el autor de 'Áspero mundo'. Mediante un documental de la Productora de Programas del Principado de Asturias, estructurado a partir de dos entrevistas realizadas al poeta, en 1990 y en 2007 -la segunda de las cuales fue elaborada originalmente por Canal 10, el canal de televisión de EL COMERCIO-, la figura y los versos de Ángel González crecieron en su propia voz y en los comentarios enriquecedores de algunos de aquellos que se acercaron a sus orillas con expresa admiración, Caballero Bonald, Emilio Alarcos, Jorge Semprún -quien evocó los días en los que siendo el clandestino comunista Federico Sánchez, fue puesto a resguardo por el poeta en su casa madrileña-, Carlos Bousoño, José Agustín Goytisolo, Josefina Martínez, Juan Benito Argüelles -recordando tertulias ovetenses-, Úrculo, Ricardo Labra o José Luis García Martín, el cual no ahorró calificativos elogiosos, «sensato, lúcido, ingenioso, brillante, claro y profundo».
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La biografía se inició mediante la palabra poética de Ángel González dibujando la personalidad de su madre, María Muñiz, «tenía miedo del viento, era pequeña de estatura, le asustaban los truenos y las guerras...». Para irse desplegando después a lo largo de una vida plena, bien que sin ningún olvido de las sombras, yendo a la época de la guerra civil, a la tuberculosis que le trasladó al sol leonés postrándole durante tres años en los que el mundo sólo era una ventana, la posterior vuelta a Asturias y el ancho vuelo que acabaría por dirigirle a Albuquerque (Nuevo México) y al amor que compartió junto a Susana Rivero durante tres décadas. Escapando del franquismo, que «parecía que no se iba a acabar nunca». Y épocas en las que puso en duda la utilidad del arte poético, al lado de otras en las que recuperó el credo literario.
Llegarían los reconocimientos, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, concedido en 1985. O su ingreso en la Real Academia de la Lengua, avalado por Emilio Alarcos Llorach.
Susana Rivero reveló al final del documental que su último libro, 'Nada grave', encontró el motivo del título en un poema de Rosalía de Castro, 'Hoy o mañana'. Y asimismo explicó que su idea de la muerte era la de corregir el verso becqueriano donde se lamenta, «¡qué solos se quedan los muertos!», sustituido por «!qué solos se quedan los vivos!».
El acto estuvo presentado por la directora de la Cátedra, Araceli Iravedra. Asistieron el consejero y el viceconsejero de Cultura.
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