Juan Diego Botto estará el fin de semana en Gijón con un homenaje a Walt Whitman. Jose Usoz

Juan Diego Botto: «La poesía y el escenario se llevan muy bien»

Juan Diego Botto se sube sábado y domingo a las tablas del Teatro Jovellanos con 'Sobre las hojas de hierba', un recital homenaje a Walt Whitman

M. F. Antuña

Gijón

Viernes, 13 de diciembre 2024, 10:38

Treinta años después de que 'Historias del Kronen' le convirtiera en un intérprete conocido y reconocido, decir que Juan Diego Botto es solo actor es quedarse muy corto, cortísimo. Es un polifacético creador capaz de escribir, de dirigir, de actuar. Es un no parar ... en lo creativo y es un hombre cabal y comprometido. Es también ya un chico Almodóvar. En pleno rodaje de la serie 'El centro' para Movistar, viaja este fin de semana a Gijón para representar sábado y domingo en el Teatro Jovellanos 'Sobre las hojas de hierba (Un homenaje a Walt Whitman)'. El título ya dice mucho de lo que se plantea en el escenario, en el que le acompañan su hermana Nur Levi y el músico Alejandro Pelayo.

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–¿Cómo ha sido su relación con la poesía?

–Llego a la poesía de la mano de Federico García Lorca a través del 'Diván del Tamarit', luego 'Romancero gitano' y más adelante ya empiezo con otro tipo de poesía, y con 16, 17 años conozco a Walt Whitman y 'Hojas de hierba' lo habré leído y releído... No sé, muchísimas veces. Todos tenemos poesía que nos acompaña y Lorca y Whitman han estado siempre conmigo. Si uno mira 'Poeta en Nueva York' es muy difícil no ver rastros de Whitman.

–¿Y el teatro y la poesía se llevan estupendamente?

–Esta propuesta, que es subir a un escenario un recital de poemas, mezcla estas dos cosas, poesía y escenario, también con la música y sí, se llevan muy bien. Lorca decía que el teatro es la poesía puesta en pie. Supongo que si la dejamos sentada, la poesía se puede subir a un escenario y seguir siendo poesía. Eso pretendemos con este recital, con este encuentro homenaje a Walt Whitman, transitar por las piezas que más nos conmueven, poner un poco de contexto en su vida y su obra y mezclarlo con música compuesta originalmente para esto.

–¿Por qué meterse en este lío?

–Esto empezó de forma casual, porque al músico Alejandro Pelayo le habían encargado una pieza original para un festival de música sacra y el tema central era Walt Whitman. Empezó a componer y pensó que quedaba raro no leer algún poema, nos invitó a Nur y a mí y a partir de ahí nos gustó mucho y lo hicimos crecer hasta el espectáculo que es hoy. También es cierto que una vez que empiezas a investigar en la obra de Whitman quieres hacer más.

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–O sea, que les salió un espectáculo sin haberlo querido.

–Casi sin haberlo querido, sí. Y luego ocurre que como es tan placentero de hacer, es tan grato, pues incluso en momentos como ahora, que estoy rodando de lunes a viernes y pensar en coger el sábado un tren no es lo más apetecible, es tanto lo que disfrutamos encima del escenario que compensa. Es más lo que siento que recibo que lo que doy.

–'14.4', su último montaje, habla del Estrecho, y Whitman muere cuando se abre la isla de Ellis.

–Uno tiene sus obsesiones y el tema migratorio es una de las mías. Sergio Peris-Mencheta y yo llevábamos mucho tiempo dándole vueltas a '14.4' y fue muy gratificante escribirlo. Ese dato de Ellis Island, que es donde llegan los emigrantes, no se nos escapa, porque además Walt Whitman reivindicaba ese derecho de todos a tener voz en la construcción de ese nuevo mundo y sobre eso también hablamos en el espectáculo.

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–¿Cómo está Sergio? ¿Cómo ha sido volver a trabajar con él? ¿Hay ideas para seguir con ese tándem tan bueno que forman?

–Ha sido un año duro, pero se está recuperando muy bien y tiene muchos proyectos. Fue un proceso peculiar el de '14,4'. Cuando vimos la situación en la que estaba, yo era partidario de suspender, porque tenía que pasar una quimio muy fuerte, pero él decidió seguir, y lo montó a distancia, desde el hospital. Había días que ensayaba con el gotero de la quimio y eso hizo que todos arrimáramos más el hombro para sacarlo adelante. E ideas tenemos muchas, lo que falta es tiempo para concretarlas.

–¿Cómo es ser chico Almodóvar?

–Ha sido una experiencia muy bonita. Yo tengo un papel pequeñito en 'La habitación de al lado', pero trabajar con Almodóvar es algo que uno siempre anhela.

–Treinta años de 'Historias del Kronen'. ¿Cómo se le queda el cuerpo?

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–Se me queda mayor. Frecuentemente me encuentro con gente que me dice 'te sigo desde el Kronen' y esa reflexión sobre el tiempo la hago a menudo. Hemos crecido todos mucho. Esta mañana pensaba lo diferente que es el paso del tiempo según el punto de vista, de 1939 a 1969 pasaron 30 años y de 1994 a 2024 también, pero sin embargo a mí en el primer tramo me parece que el mundo cambió mucho y no noto tanto cambio en los últimos treinta años. A veces no somos conscientes de la perspectiva histórica cuando se está viviendo.

–¿Qué proyectos de cine propios o ajenos tiene por ahí?

–En febrero o marzo rodaré una película con Víctor García León, tengo también un guion que estoy terminando de escribir y en verano debería estar empezando otra película. Tengo un año intenso, pero no me me quejo.

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–Es argentino. ¿Cómo está viviendo todo lo que pasa con la cultura en la era Milei?

–Mal. La cultura está muy mal, igual que el resto de los sectores. Argentina es una potencia cultural, es un valor añadido importante que tiene el país, pero está claro que ahora no se entiende así. Esto se suma a una situación de mucha carestía. No es un buen momento.

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