Humor y amor en el arranque de Feten

El espectáculo encargado de romper el hielo fue 'Nube Nube', de la compañía murciana Periferia Teatro. Una obra para mayores de cuatro años que hizo poesía, en el Antiguo Instituto, con una interpretación; que jugó, desde el humor, con el amor y el romanticismo. La obra se representó ante un abarrotado salón de actos que observaba con un cojín sobre el asiento, para alcanzar a ver lo que estaba sucediendo sobre las tablas.

Con las calmadas melodías sonando de fondo y las nerviosas risas infantiles, las nubes fueron el único decorado necesario para atrapar en esta historia a niños y mayores. Sobre ellas, nació el amor y, con él, las primeras enseñanzas para recordar a los pequeños: que no siempre se puede vivir en las nubes ni se deben regalar a nadie las alas propias, pues, al dar tu libertad, la vida apaga la luz y, entonces, las flores ya no brotan, agachas la cabeza y, de tanto bajar la vista, dejas de ver el cielo, mientras que alguien, lejos de ti, vuela con las que siempre habían sido tus alas. 'Nube Nube' concluyó con un sincero aplauso que reconocía la belleza que saltaba a la vista y, también, la que se ocultaba tras las palabras.

Siguió la tarde haciendo del paseo de Begoña el mejor de los escenarios improvisados. El trasiego rápido habitual de la calle había desaparecido para dejar paso a la quietud de los dichosos espectadores que solo movían los ojos para no perder detalle. Con el olor a palomitas y la música a todo volumen, la compañía valenciana La Troupe Malabó acaparó cualquier mirada con el espectáculo 'Klez 80 Circus'. Sobre los zancos y haciendo piruetas en el trapecio, recorrieron la calle estos hombres de tres metros de altura que hicieron llover confeti brillante mientras golpeaban con sus baquetas la batería.

Con el paseo de Begoña aún con los restos de la improvisada fiesta ocupando el suelo, dio comienzo, en el Teatro Jovellanos, 'Acróbata y arlequín', de la compañía andaluza La Maquiné. Se apagaron las luces y fueron silenciándose, poco a poco, las voces del repleto patio de butacas. Sobre el escenario, empezaron las bromas y, con ellas, las risas, a las que siguió la historia de Pablo, que enterneció al público mientras luchaba por hacer realidad sus sueños. Esos que permitieron que abandonara la calle para formar parte de una gran familia en la que animales y artistas están a la misma altura. Una lección de respeto y amor por la naturaleza con toques circenses que robó el corazón y la ovación al emocionado coliseo.

Pero, además de estas representaciones, la agenda de Feten da cabida a otras muy diversas actividades. Ayer abrió sus puertas la exposición '40 Aniversario Os Monicreques de Kukas', en el Antiguo Instituto. Una muestra que descubre una selección del medio centenar de espectáculos estrenados por la compañía Os Monicreques, la que hizo nacer el teatro contemporáneo gallego con objetos y marionetas. Así que se exhiben prototipos de perchas y mecanismos ideados por la compañía para crear marionetas singulares y otros muchos recuerdos de su trayectoria.

Por último, en el paseo de Begoña, durante dos horas, los niños pudieron disfrutar de 'El Bosque', un parque de inspiración tradicional que invita, mediante el ocio, a respetar el medioambiente. Y, en torno a los juegos, se congregaron, a lo largo de la tarde, nutridos grupos de niños que revivieron los entretenimientos de otros tiempos, alejados de cualquier pantalla, como si estuvieran, en otra época, en la barraca de una feria.

La jornada de preferia de Feten dejó claro el porqué de su fama y de su éxito y puso por las nubes las expectativas sobre la edición a todos los que se acercaron a esta primera toma de contacto. Y hoy tampoco habrá descanso en las calles y los escenarios y, desde las 12.30 hasta las 23.15 horas, se irán sucediendo las representaciones.

Las artes escénicas vuelven así a tomar la ciudad y a acercarse a los más pequeños. Los que hoy miraban al escenario sobre las rodillas de sus padres y abuelos serán quienes, dentro de algunos años, elijan sentarse en un teatro y volver a sentir aquello que descubrieron de niños, cuando Feten hizo que vieran su primer gran espectáculo y que entendieran la necesidad del arte en sus vidas.