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Manuel Vilas (Barbastro, 1962) estará este 18 de marzo presentando en Poex su antología poética 'Solo una vida' (Lumen), en un acto apoyado por el Aula de Cultura de EL COMERCIO y donde conversará con la escritora Carolina Sarmiento. Mientras aguarda su regreso al ... festival gijonés nos habla de su relación con la poesía y de 'Nosotros' (Destino), la novela con la que ha obtenido el Premio Nadal.
–En las 'palabras piedras' de su poesía reunida, afirma que ésta le ha arruinado la vida.
–Vivir bajo los dictados de una vocación poética al final te acaba convirtiendo en un obseso de la belleza, la intensidad, de muchas cosas que a veces te distorsionan la vida, claro.
–La mirada poética, en todo caso, está muy presente en sus novelas.
–Lo que hecho muchas veces ha sido trasladar cosas que yo he aprendido de la poesía, como la exploración de los sentimientos o de los problemas fundamentales del ser humano. Encontrar palabras que sirvan para decir lo que somos, esto la poesía te lo da y si tienes habilidad lo puedes meter en las novelas, pero con cuidado siempre. Las novelas líricas nunca me han interesado.
–¿Cómo ha sido el proceso de selección de los textos para su antología poética?
–Elegí los poemas que me parecía que estaban vivos y que tenían su originalidad y su fuerza, no una repetición de textos ya leídos en otros autores, como nos tiene acostumbrados la poesía española.
–¿Se siente un disidente?
–Tengo un pleito viejo con la poesía española y es que hay muy poca gente que se atreva a salirse de guiones que vienen de los autores del 27 o del 50, de los que soy el primer admirador, pero habrá que escribir algo distinto a eso y alcanzar la poesía que necesita el tiempo que vivimos ¿no? Por eso yo intento mover los muebles de la poesía y abrir las persianas para que entre un poco de luz, aunque creo que tengo la guerra perdida.
–¿Es la razón por la que ha dicho también que está 'cabreado con la poesía'?
–Es un ambiente muy mortecino, se juntan diez o doce poetas, se leen entre sí y ya está. Yo tengo una idea de la poesía de que sirva a la sociedad, que entre en las casas y en los corazones de la gente. Me gustaría que hubiera más vida en la poesía, eso es lo que llevo mal, que le importa a muy poca gente.
–Festivales como Poex ¿ayudan a cambiar eso?
–Ojalá Poex sirva para que las salas se llenen y se haga de la poesía algo más vivo y presente. Todo lo que sean las concomitancias de la lírica con la música, el cine, me parece maravilloso, abre puertas.
–Este jueves habrá un homenaje a David González, a quien usted trató.
–Lo conocí hace años y luego le perdí la pista. Sé que murio hace poco y lo lamento muchísimo. Era un poeta cargado de fuerza, también muy autodestructivo. Su poesía es muy interesante, te gustará más o menos pero no te deja indiferente. Y esto es muy importante en un poema.
–Hablemos de 'Nosotros'. Aborda en ella el amor real.
–La protagonista es una mujer voluptuosa, también muy carnal que tiene dos objetivos de búsqueda en la vida: la libertad y el placer. Me ha gustado ver que en el último 8M se reivindicaba el placer, del que esta novela casi es una teoría.
–¿Sigue siendo revolucionario?
–Es que está mal visto. La literatura es el lugar donde no cabe la hiprocresía, pero en el mundo social que es convenientemente hipócrita para que no nos matemos, hay una serie de convenciones en las que el placer no entra. Si un político declara que quiere ser presidente porque eso le da placer, imagínese el escándalo. Tenemos áun una gestión pública del placer muy complicada.
–¿Cuál es su mayor valor?
–Es un sitio donde uno se siente libre, una forma de plenitud en la que la vida adquiere su máximo significado y los seres humanos necesitan que sus vidas signifiquen, y es que a veces nos olvidamos de Freud, que ya lo dijo todo.
–El título de su novela ¿subraya que es compartido o no es placer?
–Su percepcion está en darlo y recibirlo, el onanismo tiene esa parte como de cojera, no es un placer complejo, sino vicario, aunque seguramente la gente se lo pasará muy bien, pero vamos...
–Aquí cuenta la historia desde la mirada de una mujer ¿fue un reto?
–Ya estaba cansado de que solo hablaran hombres en mis novelas. Fue un desafío y una necesidad de intentar comprender el mundo de las mujeres y explorar una psicología peculiar como es la de mi protagonista.
–Escribir del amor en tiempos de boom policiaco ¿otro desafío?
–Tiene que ver con mi experiencia de la vida y en ella lo que veo es el amor y la muerte como los dos grandes principios que marcan la existencia del ser humano. En mi experiencia no he visto ningún crimen ni soy investigador., Escribo de lo que veo en la sociedad.
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