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La Fundación Margarita Salas cada vez está más cerca de hacerse realidad, solo un año y medio después del fallecimiento de la científica asturiana. Este lunes, su hija, Lucía Viñuela, se reunió con el ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, para ... contarle los proyectos con los que esta institución quiere arrancar su andadura, prevista para verano «o, sino, para una fecha especial como el 7 de noviembre, que es el segundo aniversario de su muerte», deseaba su hija al término del encuentro.
Pese a no tener día asegurado para su puesta en marcha, ya están decididos los primeros campos en los que querrían actuar bajo el nombre de la investigadora. «Tenemos un proyecto para despertar vocaciones científicas en niños de entre los cuatro y los trece años, pero queremos que esté muy centrado en las zonas rurales», señalaba su hija. «Nuestro objetivo es llegar a todas las comunidades autónomas, sin olvidarnos de la España despoblada porque ahí puede haber también mucho talento científico y no deberíamos discriminar a nadie por la zona en la que haya nacido», añadía.
Además, Viñuela trasladó al ministro sus intenciones de instaurar un Día Margarita Salas porque «consideramos que la Semana de la Ciencia ha perdido un poco el fuelle», opinaba. «No pretendemos reemplazarla, pero este día coincidiría con el de su cumpleaños –30 de noviembre– y podrían llevarse a cabo numerosas actividades». Sobre todo, en aquellos colegios, residencias de ancianos y espacios de investigación que llevan su nombre. «Estamos recopilando todos los centros Margarita Salas para que ese día, en esos sitios, se pongan en marcha iniciativas a modo de homenaje», adelantaba Viñuela con la mente ya puesta en sacar adelante alguna de esas ideas. «A lo mejor, una escuela infantil puede hacer algo más educativo, pero la intención es que la figura de Margarita esté presente en esos lugares».
Pedro Duque, durante la reunión, mostró su apoyo a todas las iniciativas de esta fundación cuyos estatutos, además, ya tienen el visto bueno del Ministerio de Justicia. «Yo creo que le ha gustado lo que le he contado», afirmaba Viñuela, sintiéndose «muy orgullosa» de que, casi un año y medio después del fallecimiento de su madre, esté notando que está «más viva que nunca». Una sensación mezclada con un profundo sentimiento de gratitud hacia el CSIC, la Universidad Autónoma de Madrid, el Principado de Asturias, la Comunidad de Madrid y Extremadura. «Solamente tengo palabras de agradecimiento», aseguraba emocionada.
A estos muchos avances de la fundación, se suma estos días otra gran noticia para su familia y sus discípulos, pues unos jardines del madrileño barrio de Chamartín llevarán su nombre. La Junta Municipal del Distrito aprobó, por unanimidad, la propuesta de dedicarle a la investigadora un espacio público que, en este caso, será una zona verde de 2.700 metros cuadrados, en el número 47 de la avenida Camilo José Cela.
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