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Si algo ofrece Lola Índigo en sus conciertos es espectáculo, y su paso anoche por Gijón fue precisamente eso: puro show. La dragona prendió Metrópoli haciendo bailar y sudar a las 10.000 personas que se congregaron en el recinto ferial y que marcaron ... el 'sold out' -y largas colas- en el primer día de conciertos del festival. La granadina demostró ante el público gijonés que pisa fuerte y que su carrera profesional está más que consolidada desde aquel primer 'Ya no quiero na' allá por 2018, un adictivo hit al que sucedieron muchos otros.
Pasadas las 22.30 horas, fundido a negro y las primeras melodías. «Tú a mí me tienes mal, me pones animal y ya no puedo con la curiosidad de que me toques con la luz apagá», comenzó a cantar Lola Índigo. Y con este, uno los singles de su último disco, la artista, con melena verde, salió del cascarón de un enorme huevo -ya característico de su 'Dragón Tour'- para poner en marcha los engranajes de una maquinaria de ritmo desenfadado, juego de luces y marcada a fuego por su fiel cuerpo de baile, que se dejó la piel en cada tema.
Después de ese primer contacto con 'An1mal' y un «¡Puxa Asturies!», Mimi Doblas logró meterse al público en el bolsillo minuto a minuto con clásicas canciones que no podían faltar y que hicieron las delicias de los fans (y del perreo), a pesar de que en algunas zonas el sonido no era muy allá: 'La tirita', 'Discoteka', 'La santa', 'La niña de la escuela', '4 besos'... Reivindicó la libertad de expresión, empoderó a las mujeres, interactuó con el público y puso trap, reguetón, pop y dance como banda sonora sobre el cielo de la ciudad.
Los atrevidos looks, los marcados pasos de baile y los estribillos pegadizos hicieron 'brujería' durante toda la noche. Como colofón a un frenético y caluroso concierto, su último éxito, 'El tonto', y el primero con el que inició su carrera artística. Lola Índigo fue diva en Gijón.
Metrópoli abrió ayer sus puertas con el primer llenazo de su décima edición en el recinto ferial Luis Adaro. El tirón de Lola Índigo, protagonista del concierto central y también las ganas de disfrutar de la gran cita lúdico-festiva del comienzo del verano gijonés, especialmente por parte de los más jóvenes, convirtieron los accesos a la Fidma en un auténtico hervidero desde primeras horas de la tarde, que iría creciendo a medida que se acercaba el momento del festín de la noche. Y hoy sábado, con el horario ya a pleno despliegue desde la sesión matinal, se espera que la afluencia sea aún mayor.
El público, mayoritariamente adolescente y también familiar, dio el festival por inaugurado desde el momento en que el personal de seguridad permitió el acceso en la entrada principal a media tarde. La inauguración oficial llegaría hora y media después con la presencia de las autoridades, encabezadas por los vicealcaldes Jesús Martínez Salvador y Ángela Pumariega, el secretario general de la Feria de Muestras, Álvaro Alonso, y los representantes de las empresas patrocinadoras. La comitiva recorrió el recinto guiada por los responsables de la organización y pudo comprobar la nutrida asistencia.
Recinto ferial Metrópoli se instala en el recinto de la Feria de Muestras de Gijón hasta el próximo domingo 9 de julio. El horario de lunes a viernes es de las 17 horas a las 4 de la madrugada. Sábados y domingos, está abierto de 12 a 4 horas del día siguiente.
Contenidos Exposición de Disney, otra de coches clásicos, un territorio selfie. Hay música en todos los rincones, puestos de venta, mercadillo, gastronomía...
Entradas Están volando. Para acceder al recinto, se puede comprar el abono para los diez días, por 39,90 euros, el de Cómic Con (18 euros para cuatro días, del 6 al 9 de julio) o entradas sueltas. Las normales cuestan 6 euros; VIP, 20 euros.
Los más madrugadores tuvieron la ocasión de no tener que esperar demasiada cola para adentrarse en los diversos espacios repartidos por el Pabellón de Congresos.
Uno de los más concurridos era el del 'Selfie Museum', donde distintos platós ofrecen la posibilidad de sacarse fotos en un juego de espejos deformantes, decorados exóticos y urbanos o formados por neones.
Los fanáticos del universo Disney tenían su rincón en la exposición que conmemora el centenario de la factoría americana con miniaturas de sus creaciones más emblemáticas, desde los clásicos Mickey y Minnie Mouse al elenco al completo de Blancanieves, La Bella y la Bestia al vaquero Woody o sus más recientes personajes.
Otra colección, en este caso destinada a los devotos de las reproducciones a escala de coches míticos, sorprendía al visitante en la planta baja del pabellón con modelos originales de diferentes épocas, desde el popular 600 o un descapotable 'ye-ye' a las furgonetas camperizadas Volkswagen de los 60.
Y otro rincón perfecto para hacer las delicias y cumplir los caprichos de toda clase de coleccionistas lo brindaba el mercadillo, en el que lo mismo se pueden adquirir katanas o espadas láser que fundas para portarlas hacia cualquier combate o exhibición. Miniaturas, camisetas, dulces, juegos de rol o de mesa, disfraces cosplay y la más variada gama de productos de la industria del entretenimiento. Sin grandes aglomeraciones en esas horas tempranas se encontraban los locos por los tatuajes en el pabellón dedicado a ellos y también quienes optaban por los múltiples puestos de comida al instante.
La gran fiesta se iniciaría pronto con el concierto en el escenario Thunder Bitch de la canaria Nia con su potente ritmo, un buen entrante para caldear el ambiente a la estrella de la noche: Lola Índigo.
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