La nueva normalidad' es el título con el que Álex Clavero ha bautizado el espectáculo que pasea por todos los teatros de España. Pero si tuviéramos que elegir un calificativo para el cómico vallisoletano es poco probable que optásemos por el de 'normal', porque disparar ... cada mañana bajo el seudónimo de 'El Francotirarock' una sarta de ocurrencias condensadas en cuatro minutos y que miles de radioyentes se rindan no parece algo al alcance de cualquiera. Con un grado a su espalda, el de Trabajo Social, y una licenciatura, la de Sociología, Clavero, que ya ha lanzado más de un millar de monólogos desde las ondas de Rock FM, sigue una estricta rutina, la que le marcan su trabajo y sus dos hijos: Lucas, el bebé, y Adriana, la mayor, de 4 años. «Si estás buscando momentos en los que sea feliz, no los hay», advierte con cierto retintín antes de repasar su día a día.
Lunes
07.30 horas. Me levanto muy pronto. ¡No me viene nada bien lo de tener críos! Una ducha, pongo en marcha a los pequeñajos y le dejo todo el marrón a mi mujer, que por suerte sigue de baja.
08.15 horas. Me voy corriendo a la radio. Siempre voy corriendo. Es mi manera de hacer deporte. Bajo corriendo las escaleras del metro, la gente me saluda por la calle: '¡Ey, Francotirarock!'...
08.40 horas. Llego al trabajo. Hago mi sección y me quedo con 'El Pirata' y toda la banda hasta que acaba el programa a las diez. Luego me tomo el café con ellos. Me cuidan mogollón, me quieren, me tratan muy bien. Nos reímos mucho. Cuando me cogieron pensé: ¿dónde me he metido?' Me encantaba la sección que antes hacía Iñaki Urrutia, me parecía guay contar una historieta cada día, pero luego pensé: '¿ya vas a poder mantener ese ritmo?' y me agobié un poco. Al final, van saliendo cosas, hay noticias, estadísticas, vivencias personales... Todo lo que me va pasando lo apunto.
Martes
11.00 horas. Llego a casa y me pongo a escribir. El lunes me planteo toda la semana. Escribo lo del día siguiente, lo del otro, lo del otro... Me documento mucho, porque se acaban las ideas. ¡Menos mal que siempre está Froilán para echarme una mano! Intento que la sección sea interesante, al margen del 'jajaja'. Y cuesta, aunque siempre hay personajes que te dan actualidad. Cada día pasan cosas. Por ejemplo, una pandemia. Aunque suene mal, a mí me da tema. En todo lo malo tiene que haber algo bueno.
13.30 horas. Sigo escribiendo. le dedico mucho tiempo, mucho más del que la gente cree. Puedo pasar tres, cuatro, cinco horas al día escribiendo. Cuando empecé con los monólogos en la radio tuve una charla con 'El Pirata' y con el resto de la banda y les comenté que me parecía imposible hacer todos los días chistes nuevos, que iba a haber muchos chistes malos, y que lo que yo quería era generar un ambiente. Que la gente cuando lo escuche diga 'vaya historia de mierda', 'vaya chistes malos', pero que se vaya a trabajar, aunque suene un poco pretencioso, diciendo que la vida merece la pena.
Miércoles
15.00 horas. Mi mujer me da de comer, es una máquina. Hago en casa mucho menos de lo que debería. Y eso que me apaño bastante bien. Cuando con 20 años me fui a vivir con colegas no tenía ni puñetera idea de cocinar. Una vez metí las verduras en agua y las batí. De cocerlas, ni hablar. Pero con la hambruna que pasamos aprendí a desenvolverme. Preguntas a la gente, miras en internet, ves a Arguiñano... Llegué a hacer un casting para un programa de cocina; no te voy a decir cuál. Jaja. Preparé una merluza rebozada como me había hecho un colega, y fliparon, aunque lo del rebozado no suene muy glamuroso. No me cogieron, pero estoy seguro de que los profes se quedaron con la receta.
16.00 horas. ¿Siesta? Nada, nada. Hay veces que me quedo dormido involuntariamente. Sólo intento que no me pille conduciendo de lo cansado que estoy. Porque termino de comer y estoy aniquilado, porque el pequeñajo ha decidido que quiere ser como 'El Cigala' y no quiere dormir. A las cuatro y media me voy a la guardería a por Adriana.
Jueves
17.00 horas. Es la hora a la que llegamos al parque. Luego merendamos, vamos a inglés, a la piscina, a lo que tenga. Y no la dejo limpiando el colegio porque... Pero, de verdad, a veces no me da la vida. ¡Si tienes una niña, un bebé y no quieres dejar el curro...! Intento que la medida de las extraescolares sea la correcta. De momento, la cría va a gusto a todo. La pobre ya ha alcanzado la mayoría de edad. Y así vamos tirando.
19.30 horas. Hay que duchar a los pequeñajos, jugar un poco en casa, hacer los deberes... A las ocho y media empezamos a cenar. Nos dicen que los críos tienen que estar en la cama a las nueve y media. Lo intentamos, pero no lo conseguimos. Nuestras cenas son largas, nos gusta comer, charlamos mogollón...
Viernes
16.00 horas. El otro día 'El Pirata' me regaló un disco, un vinilo, para obligarme a escucharlo y relajarme. No tengo tiempo. Si estás buscando momentos en los que sea feliz, no los hay. Al menos, cuando me voy fuera a actuar duermo del tirón.
«A veces me quedo dormido de lo cansado que estoy, porque el pequeñajo ha decidido que quiere ser como 'El Cigala'»
22.30 horas. Acostamos a los críos. Le leo un cuento a Adriana, a veces me lo invento, y me quedo dormido. Otras veces le pongo una canción, le hago masajito...
23.00 horas. Si me queda algo de trabajo por hacer, lo remato. Mi mujer y yo, de momento, no nos planteamos el lujo de salir. Estamos con nuestros hijos todo lo que podemos. Con las extraescolares y la 'guarde' ya es suficiente para coger aire. Nos mola estar con ellos. Y los abuelos no pisan por aquí. Unos están en Zamora, otros en Valladolid. Creo que hasta les gustaría vivir un poco más lejos.
24.00 horas. A dormir. Cruzo los dedos para que el pequeño no me haga levantarme mucho.