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En el patio de cuadrillas de la plaza de toros de El Bibio brotaban ayer por todos los rincones claveles y lágrimas. Una punzante nostalgia se apoderó del coso gijonés, durante el homenaje a su última guardesa, Loli Menéndez, «una mujer maravillosa» –en palabras de la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón,– que dejó un vacío inmenso en marzo con su fallecimiento. «Loli nos hacía sentirnos a todos especiales. Todos creíamos que éramos su preferido», confesaba, mientas ensalzaba su capacidad de «dar cariño con esa inteligencia tan natural que tenía».
Menéndez además derrochaba en cualquier momento palabras y sonrisas, que podían ir a parar «a un concejal, a un niñín y a cualquier aficionado que pasara por aquí». A todo el mundo lo recibía con la misma ilusión y por eso ayer, en ese patio de cuadrillas donde tantas horas pasó, su familia descubrió una placa en su honor que servirá para que «las generaciones venideras puedan saber que El Bibio tuvo una mujer estupenda que cuidó la plaza como si fuera su casa». Tanto mimo y tanta pasión puso a su trabajo, que Moriyón hacía hincapié en que Loli Menéndez «es parte de la historia de la plaza» y nunca debe escaparse de la memoria de los aficionados taurinos gijoneses.
Su manera de ser y de hacer debe sobrevivir al paso de los años porque, según el segundo teniente de alcaldesa, Jesús Martínez Salvador, ella hacía que todo estuviera «en perfecto estado de revista dentro de la plaza y siempre conseguía que estuvieras a gusto aquí dentro». Nadie estaba fuera de lugar, si Loli Menéndez se encontraba cerca, y por eso su nieto Julio Zapatero pidió a todos los presentes en el homenaje que hicieran el esfuerzo de secarse las lágrimas y reír para recordarla. «No estemos tristes, aunque sea un momento emotivo, quiero que sonriáis por mi abuela».
Era difícil para la mayoría resistir a la pena porque a todos los aficionados se les agolpaban las anécdotas vividas con una mujer «que nunca tuvo una mala palabra para nadie» y que sigue presente en los corazones al traspasar el umbral de la plaza de toros de El Bibio.
El patio de cuadrillas ayer se deshizo en aplausos que agradecieron, conteniendo el llanto, su hija, Margarita García, y también sus biznietas Victoria y Valeria. Precisamente ellas, disimulando la tristeza, leyeron la placa,dedicada a su bisabuela, «la histórica guardesa de El Bibio durante más de cuatro décadas», a la que el Ayuntamiento de Gijón se rinde «por su cariño y dedicación a esta plaza de toros». A partir de ahora, será imposible no recordarla cada vez que alguien atraviese el patio de cuadrillas al que Menéndez entregó su vida.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
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