Entrequatre Mágico, diálogo de cuerdas para un aniversario feliz

Desde su fundación en 1984, Entrequatre ha ido marcando un camino propio con una formación poco habitual hasta entonces, la del cuarteto de guitarras, a la vez que asentaban su identidad sobre la interpretación de obras de autores contemporáneos, en su mayoría escritas para el mismo conjunto y dando así lugar a un fértil repertorio puesto a disposición de otras formaciones de cuatro guitarras. De vocación universal, como constatan sus recitales por medio centenar de países y en algunas de las salas más prestigiosas del mundo, sus raíces y las de los compositores que colaboran con los asturianos parten de la geografía musical iberoamericana, un viaje abierto a la sensibilidad de nuestra época desde las diversas tierras que hablan y cantan en español y portugués.

La Sala de Cámara se llenó para asistir a la fiesta de cumpleaños del cuarteto asturiano que no defraudó a los invitados con un recital lleno de gratísimas sorpresas y que sirvió para mostrar la riqueza sonora y las posibilidades infinitas de un conjunto de guitarras. El inicio abrió los oídos con la fuerza teñida de recia melancolía de 'Malupe' una pieza del chileno Mauricio Vera que rinde tributo al pueblo mapuche inspirándose en su sugerente rítmica tradicional. Y llegó directo al alma con el 'Fado menor', un fado primigenio impregnado de cristalina saudade en versión de Flores Chaviano. El maestro cubano, presente en la sala pudo compartir con el público su homenaje a John Lennon, un tríptico con tres emblemáticas canciones de los Beatles, de resultado prodigioso en las cuatro guitarras. Profundidad y esencia populares llevadas a lo sublime tuvo 'Milonga El Sur', del argentino Leonardo Sánchez y el colofón que terminó de entusiasmar a los espectadores rematando la primera parte: 'Lágrimas negras', del gran Miguel Matamoros, maravilla desbordada .

La segunda parte del recital dio la ocasión de ver la explosiva y hermosa combinación de Entrequatre con un cuarteto de cuerda, el de Ensemble 4.70: Marina Gurdzhiya y Gints Sapietis en los violines, David Roldán, a la viola, y Marta Martínez en el chelo. El talento de los ocho músicos haría subir aún más las emociones con la contundente 'La sombra de la Tierra', de Chaviano, la excursión interior y exterior del madrileño Luis Barroso por los paisajes sutiles de su 'Concierto de Tierra Alta', y una divertida y sorprendente guinda final con 'Presto', del uruguayo Miguel de Águila. La clamorosa ovación del público ante una fiesta tan extraordinariamente bella aún haría salir al doble cuarteto a hacer un bis, con 'La ciudad de las nubes', del asturiano Javier Blanco. Maravilloso concierto de aniversario de los enormes Entrequatre.