Intérprete. Pepe Viyuela. E. C.

«No entiendo a la gente que dice que se aburre»

Pepe Viyuela. Actor ·

El sábado llega al Jovellanos con 'Esperando a Godot', la pieza de Samuel Beckett de la que se extrae todo el humor y que ofrece una lectura muy acorde a los tiempos

m. f. antuña

Viernes, 5 de febrero 2021, 01:56

Es un hombre orquesta de la escena y de la vida en general. Poeta, actor de cine y teatro, apasionado del clown, maestro, político, rostro conocidísimo de la televisión... Este sábado Pepe Viyuela (Logroño, 1963) estará en el Jovellanos con 'Esperando a Godot' año y ... medio después del estreno absoluto en el Palacio Valdés de Avilés. Samuel Beckett con humor y lecturas contemporáneas en un montaje dirigido por Antonio Simón con Alberto Jiménez, Juan Díaz, Fernando Albizu y Jesús Lavi en el elenco.

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-¿Se acostumbra a esta dinámica de que en cualquier momento les cancelan la función?

-No, pero estamos todos en la misma situación, con un nivel altísimo de incertidumbre. Cuando los actores nos despedimos siempre decimos «la semana que viene nos vemos, si la pandemia lo permite». Uno va a aprendiendo a vivir con ello, no podemos hacer otra cosa.

-Y ustedes los actores saben mucho de funambulismo

-Sí, esta es una profesión en la que nunca estás mucho tiempo en el mismo trabajo, empiezas algo pero no sabes lo que va a durar, depende de la audiencia. Estamos siempre en el alambre, somos maestros en la caída y expertos en levantarnos.

-Estrenaron en Avilés en noviembre de 2019. ¿Cómo ha cambiado la obra?

-Totalmente. Entonces solo se había oído hablar de la covid de una manera muy lejana y poco amenazadora, cuando estrenamos recurrimos al momento en el que se escribió, final de la Segunda Guerra Mundial, y ahora el entorno internacional hace que la lectura del público sea otra. Eso demuestra una vez más la grandeza de estos textos clásicos, que no solo no mueren sino que se revitalizan. No podemos dejar de pensar, de imaginar en función en lo que estamos viviendo. Las frases resuenan distintas y parece que han estado escritas para esta situación de incertidumbre, de espera, de desesperación. Y luego hay modificaciones que parecen tontas o inocuas que vienen dadas por las circunstancias. Al principio, Alberto y yo nos dábamos un beso en escena, y ahora se ha vetado porque se considera peligroso. Es curioso cómo una cosa tan poco significativa, tan irrelevante, adquiere una dimensión brutal.

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-¿Pero mantiene el tono humorístico?

-Se ha mantenido y reforzado, como todo. El humor hay que ir encontrándolo, afinándolo. La función de ahora es distinta, se ha cuajado, nos sentimos mucho más seguros. Todo lo que tiene que ver con el humor se ha reforzado, la gente se ríe bastante, algo que sorprende porque este texto siempre se ha hecho desde una perspectiva muy clásica. Beckett vence el pesimismo con dosis de humor, que están en el texto, y nos invita a buscarlas juntos.

-¿También ha ido acercándose más a Estragón?

-Nos hemos ido encontrando y he ido enamorándome cada vez más, no solo de Estragón, sino todos los personajes. Nos necesitamos los unos a los otros, la presencia, las palabras. Lo más horrible a lo que se exponen los personajes es a la soledad, y pasar la situación que están pasando con otros la hace soportable.

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-Decía antes de la pandemia que Beckett no es absurdo, que la vida lo es. ¿Ahora qué dice?

-Antes de la pandemia hablábamos de lo absurdo de la existencia humana, de nuestros afanes por conseguir cosas, pero, cuando ha llegado esto, se ha vuelto más absurda todavía. Antes la mascarilla era un objeto que marcaba la diferencia con personas que nos parecían raros o pensábamos que estaban enfermas, ahora si ves a alguien sin mascarilla, te parece un terrorista. Es inquietante.

-Estragón espera a Godot. ¿Usted qué espera?

-Poder ir por la calle sin mascarilla. Espero poder volver a ver un mundo con caras.

-Trabaja en mil asuntos. ¿Necesidad o disfrute?

-Tengo hambre de vivir, no entiendo a la gente que dice 'me aburro'. El trabajo me gusta mucho pero también lo hago para comer. Soy muy inquieto pero además diversificarte hace que tengas más posibilidades de encontrar trabajo, porque si haces radio, cine, televisión y teatro, siempre hay proyectos en marcha. Una de las cosas más útiles que he hecho es haber creado un payaso que me abrió las puertas de todo lo que vino después.

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-Habla de su clown. ¿Le gusta más el silencio que la palabra?

-Me gusta el silencio y cada vez lo necesitamos más. Pero confío mucho en la palabra, es la gran herramienta para hacer llegar a los otros las ideas. Es cierto que el silencio es más elocuente y un pequeño gesto cuenta mucho, pero hay que saber dosificar y manejar ambas cosas. Me he especializado en el humor visual porque me encontraba más a gusto, pero también el verbal me gusta. No son excluyentes, son cómplices.

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