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A. A. / C. P. / R. A.
OVIEDO.
Sábado, 28 de septiembre 2019, 01:40
El médico Jaime Martínez, que durante quince años fue el presidente de la Ópera de Oviedo y un gran amante de los deportes, era muy querido entre la sociedad ovetense. «No tenía enemigos», era un «doctor estupendo y un ser humano colosal». Muestra de ... ello fue que desde la media tarde de ayer la sala número diez del tanatorio de Los Arenales se llenó de familiares y amigos que arroparon a su viuda, Susan Schmickrath, y sus cuatro hijas; Susana, Carla, Marta y Adela, que agradecieron las muestras de cariño.
Personalidades del mundo de la cultura, la política, la medicina y el deporte se mostraron conmocionados. Hoy tendrá lugar el funeral a las cinco de la tarde en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, los Carmelitas. El alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, acudió junto a su mujer, Marta Suárez, y el concejal de Seguridad Ciudadana, José Ramón Prado. El regidor se mostró muy afectado por la muerte de «un gran amigo» que hizo «mucho por la cultura». Son muchos ya los ovetenses que reclaman una calle para el doctor. Una iniciativa que Canteli aprueba.
Un reconocimiento merecido como expuso Teresa Sanjurjo, directora de la Fundación Princesa de Asturias, quien destacó que su legado: «Sus obras hablan por él». Para Graciano García,director emérico de la entidad. Martínez era «una referencia» que «ayudaba» a todas aquellas personas que emprendían un proyecto que él consideraba «bueno». El rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, completó que su «pérdida es irreparable».
La «generosidad» de Martínez fue muy alabada ayer. Uno de los testimonios más desgarrados fue el del catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad y colaborador de EL COMERCIO, Leopoldo Tolivar Alas. «Su abuelo, Alfredo Martínez, era primo hermano del mío, pero más que primos eran hermanos. Alfredo era un hijo más de Clarín. A él le tirotearon unos salvajes supuestamente de izquierdas y once meses después fusilaron a mi abuelo» representantes del otro bando. «Esa criminalidad nos unió a Jaime y a mí aún más. Nunca perdimos esa relación tan intensa, ni ese amor por España cuando dos primos habían sido asesinados impunemente», recordó Tolivar.
Juan Carlos Rodríguez-Ovejero, actual presidente de Ópera de Oviedo y sucesor en el cargo de Martínez, se mostró ayer «profundamente apenado»: «Ha sido el hombre que llevó la ópera ovetense a la situación que tiene hoy». Un prestigio, prosiguió, que «debemos conservar» en honor de «una persona extraordinaria que nunca perdió detalle de lo que ocurría».
«Nos hemos quedado consternados con su muerte, en un día que justo coincidió con la concesión de la Medalla de Oro de la Cámara de Comercio a la Fundación Ópera de Oviedo», recalcó el presidente de la entidad, Carlos Paniceres.
Tampoco faltaron los homenajes. Ayer mismo, desde la Teatro Nacional de Stuttgart, el barítono Luis Cansino cantó 'La Traviata' a la memoria de un hombre «entrañable». El mismo que, como recordó el presidente de la Sociedad Protectora de la Balesquida, José Antonio Alonso, «pagaba cada año la cuota de toda su familia»; el mismo que, para Juan Pérez Zaldívar, presidente del Rotary Club, «afrontó la enfermedad porque quería luchar».
La medicina asturiana también se queda «un poco huérfana» tras la muerte de uno de los neumólogos más destacados. «Fue el primero que introdujo la idea de no fumar en la facultad en una época donde se fumaba hasta en las clases». Lo recordó Alfonso López Muñiz, decano de la Facultad de Medicina. Martínez fue su profesor y acabó convirtiéndose en «amigo personal», no fue difícil. «Fue una persona ejemplar, entregada y pendiente de todo el mundo». La imagen que guarda de él es la de «un médico, un profesional, un defensor de la cultura, un amigo en un cuerpo de 'gentleman'».
Para el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Asturias ha sido un espejo en el que mirarse. «Tenemos mucho que aprender del comportamiento, saber hacer profesional, conciencia y ética de Jaime». Alejandro Braña destacó su faceta profesional pero por encima de todo «ha sido un ejemplo digno de imitar por todos los médicos. Hoy este colectivo estamos un poco más huérfanos».
Jaime Álvarez-Buylla, el que fuera jefe de Traumatología del antiguo Hospital General y presidente de la Sociedad Filarmónica de Oviedo, no contuvo la emoción tras conocer la noticia de su fallecimiento. «Hablando de él pierdo el habla, era un personaje que llegaba y que lo llenaba todo. Le gustaba la familia y los amigos. Un gran médico que hizo una labor excepcional».
La presidenta de la Asociación Española contra el Cáncer en Asturias, Margarita Fuente, calificó su muerte como una gran pérdida. «En estos casos, la asociación sentimos como cierto fracaso, porque ahí sigue la enfermedad llevándose a gente».
Jaime Martínez también fue un referente en el mundo del deporte. Presidió la Federación Asturiana de Rugby entre 1994 y el año 2000. «Empezó a jugar cuando se fue a Madrid a estudiar Medicina. Lo hizo en el colegio mayor Ximénez de Cisneros de la mano de un profesor argelino. Cuando regresó a Oviedo continuó con el rugby. Estando enfermo subió a ver a algún partido», recordó Juan Alonso, coordinador de la Escuela del Oviedo Rugby. «En la época que fue presidente luchó para lograr el campo del Naranco para el equipo». Y también tenis. «Siempre fue un gran deportista», recordó Antonio Retana, presidente del Real Club de Tenis. «Es una pérdida muy lamentable. Fue un gran impulsor del Club de Tenis».
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