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JESSICA M. PUGA
GIJÓN.
Domingo, 22 de abril 2018, 00:31
Cuando Sergio Dalma empieza a cantar, el mundo entero parece detenerse para disfrutarlo y un Teatro de la Laboral lleno hasta la bandera lo hizo anoche en la presentación de 'Vía Dalma III', el tercer volumen de la colección que el cantante catalán dedica a ... los clásicos italianos. Ya lo advierte el dicho: el que avisa no es traidor, y Dalma y su equipo lo hicieron antes, incluso, de que empezara a sonar la música. La megafonía anunció al público que iba a disfrutar de una noche romántica, advertencia convertida en regalo por los presentes, en su mayoría mujeres.
'Toda la vida', 'Necesito un amigo' y 'Solo tú' sonaron para empezar con toda la intensidad que le fue posible al de Sabadell, que no es poca. Y el concierto no había hecho más que empezar.
«Buenas noches, Asturias, Gijón. Muchas gracias por abrirnos de nuevo las puertas de este teatro. Hace algo más de un año estábamos preparando este disco con muchas ganas de presentarlo de gira y aquí estamos ya... ¿Por qué pasa todo tan deprisa? Sería maravilloso que todo fuera más des-pa-ci-to», bromeó recordando el archiconocido estribillo de la canción de Luis Fonsi. «Ahora que todo es tan efímero, vamos a ralentizar este concierto para que dure más».
Así, a ritmo lento, Sergio Dalma ha sabido establecer y mantener un sello musical propio y reconocible. Tiene una voz personal que, aunque impostada cada vez que le acompaña la música, ha marcado su trayectoria y dejado millones de seguidores en todo el mundo. La prueba está en que su último proyecto, el dedicado a la música italiana, ha vendido millones de copias en los últimos ocho años.
El primer 'Vía Dalma' salió al mercado en el año 2010 y rápidamente se colocó en los primeros puestos de las listas de ventas. Por eso, el cantante y su equipo decidieron convertir el proyecto en trilogía y, gracias a eso, anoche volvió a Gijón, donde el público le llevaba esperando un par de años.
«Todos los que estamos en el escenario somos de una generación que jugaba en la calle. También éramos felices... y no digo que nuestra generación sea mejor», explicó, antes de apuntar que «en esta trilogía hemos querido rendir homenaje a las canciones italianas que nuestras madres escuchaban en la radio y tarareaban sin parar».
Pero no fue un concierto sin sobresaltos. Algunas de sus fans, que derrochaban intensidad, se levantaban repentinamente de su asiento e interrumpían sus explicaciones al pedirle algunos de sus grandes éxitos y de los grandes clásicos de ayer y de hoy. Y, así, Dalma compartió con los presentes 'Mía', 'Te amo', 'Bella sin alma', 'El mundo', 'Será porque te amo', 'Sábado por la tarde' y la que confesó que era su favorita del nuevo disco: 'Amores'. Y no fue la única voz que hizo vibrar a los presentes: la otra fue la de Alicia Araque.
Pero también aprovechó el recital para lanzar mensajes sociales. Uno de ellos, una invitación a sonreír, porque «ahora parece que reírse es de tiempos de Roma». Y para presumir de asturianía: «Solo vamos a beber sidra. Gracias a Trabanco, que nos ha hecho disfrutar hoy».
Y, al final, tenía que llegar 'Bailar pegados', con su parte a capella, su correspondiente subidón por parte del respetable y un mensaje de ánimo a Amaia y Alfred, que en tres semanas harán lo mismo que Dalma hizo en 1991: representar a España en Eurovisión. Una fiesta en la que no podían faltar 'Este amor no se toca' y 'Esa chica es mía'.
Sergio Dalma en estado puro.
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