Candela de las Heras, en su estudio de Madrid. iñaki martínez
Candela de las Heras, poeta

«Estoy cómoda jugando con la pluralidad de otras voces»

La joven autora presenta hoy en la Librería Cervantes 'Tierra bajo las uñas', escrito en su luminoso estudio madrileño

Viernes, 22 de octubre 2021, 15:43

«Hace mucho buscaba la Palabra, /ahora me interesa más la voz», con estos versos concluye 'Ordet' de Candela de las Heras (Benidorm, 1994). Forma parte de su último libro, 'Tierra bajo las uñas', y lleva el título de un conocido filme de Carl T. ... Dreyer. El cine del realizador danés o el de otros nombres no menos míticos -Tarkovski, Bresson, Bergman, Pasolini- impregnan buena parte de los textos del volumen definido por la propia autora como «conceptual, no son poemas sueltos, aunque pueden leerse de forma independiente. A diferencia de mi primer libro, aquí hubo un proceso de escritura consciente. Fue escrito a lo largo del verano anterior a la pandemia», explica desde su estudio en Madrid, la ciudad en que reside.

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En su nuevo poemario, las referencias implícitas o directamente textuales a películas no representan una exhibición de culturalismo cinéfilo (a la manera de los 'novísimos') sino un recurso con significación propia para tamizar bajo un juego de máscaras la propia experiencia vital o ficcionalizada.

De las Heras lo explica con claridad: «Me parece interesante jugar con otras voces o con las personas, hacer esa especie de monólogo dramático pero no como un intento de ocultación si no porque un ser humano son muchas voces (ahí está Pessoa) y yo me siento más cómoda en la pluralidad, creo que es más honesto porque de otra forma acabas contradiciéndote a ti misma o pisando lo que has dicho anteriormente, y de esta manera te permites sentirte cómoda en tu propia contradicción, en tus propias voces», afirma.

Su evolución estética ha ido en paralelo a sus reflexiones sobre el propio alcance de la creación: «El poeta es egoísta, al principio yo también lo era, desde que doy clases tengo otra perspectiva, pienso mucho sobre cuál es el papel de la literatura como factor social, no como lo entendían los 'poetas sociales', sino en el sentido de cómo llegar a la gente y porque lo personal es político y es interesante estar conectada con el mundo en que vivimos y el momento», argumenta. El proceso de escritura, sin embargo, «es solitario» y en su caso «parte de un chispazo que puede producirse mientras viajas o miras desde la ventana, contemplando el movimiento de la vida. Luego hay un proceso de elaboración del poema, que a veces es como un torrente que te atraviesa y otras, más pausado. En este libro, todos los textos fueron escritos en el orden que aparecen. La última fase es la corrección, pulir la idea inicial o el texto en bruto», explica.

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De las Heras concede una gran importancia a su estudio como lugar de concentración para escribir: «Soy un poco maniática, necesito estar en un espacio luminoso, ordenado, sentir que no tengo nada pendiente por hacer. Me resultaría imposible trabajar en un lugar caótico, ruidoso, sin luz. Suelo tener a mano cuadernos y café, porque si bien es un momento tranquilo también lo es de estar alerta. Alguna vez pongo música clásica, bajita», desvela. En esa activa intimidad surgen versos de temblorosa certeza: «Solo el tiempo se salva,/ la espera infinita nos salva».

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