Drogas y sexo salvaje, el sórdido pasado de la Lois Lane de Superman

La actriz, fallecida la semana pasada, alcanzó la fama en la piel de la intrépida reportera del Daily Planet al lado de Christopher Reeve

Lunes, 21 de mayo 2018, 13:10

Margot Kidder, la actriz canadiense que interpretó a Lois Lane en 'Superman' (1978), murió el domingo 13 de mayo en Livingston (Montana) a los 69 años, dejando tras de sí un pasado bastante oscuro que es ahora cuando sale, poco a poco, a ... la luz.

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Margot no era especialmente guapa, pero tenía mucha labia y sabía cómo sacar partido a su personaje. Lois Lane fue sin duda su papel más emblemático, aunque su carrera está jalonada por más de cien títulos.

Nacida en Yellowknife, (Canadá), el 17 de octubre de 1948, Margot fue una niña muy insegura y soñaba con convertirse en una estrella de cine. Tenía mucha imaginación y dejó escrito en su diario que un día llegaría a alcanzar su reto. Leía revistas de cine a escondidas porque su madre no le dejaba. Desde muy joven padeció de trastorno bipolar, lo que explicaría su carácter inestable y sus repentinos cambios de humor, pero no le fue diagnosticado hasta muchos años más tarde.

«Kidder era sexualmente agresiva, por no decir voraz, y se acostaba con casi cada hombre que atravesaba el umbral de la casa. Impulsiva, no pensaba en las consecuencias de sus acciones, e iba de crisis en crisis, envuelta en oscuras nubes de desconcierto. Rompía corazones y llevaba a juicio a productores», relata el escritor Biskind, en 'Moteros tranquilos, toros salvajes' (Editorial Anagrama), una crónica del Hollywood de los setenta con cientos de entrevistas.

La bipolaridad le provocaría un episodio de amnesia en 1996, cuando desapareció durante tres días y reapareció asustada, con la ropa hecha jirones y el pelo cortado con una navaja.

«Se drogaba como si el mundo fuera a acabarse; siempre era la primera del grupo en fumar, esnifar o tragarse la pastilla de moda», escribe el periodista. A sus 23 años, la joven canadiense no dudó en tirarse a la piscina. «Pensábamos que las drogas expandían la mente, que las tomábamos para desinhibirnos, así que, ¿qué problema había?», confesó la actriz. Y las probó. Peter Boyle, ganador del Emmy por 'Expediente X', le enseñó cómo hacerlo. «Yo no tenía la sensatez paranoica de los demás. Metí una pajita en la cocaína y esnifé, me metí casi medio frasquito. Recuerdo que se me congelaron los pulmones y me quedé sin respiración. Me pasé jadeando y temblando, no sé, puede que medio minuto. Esa fue mi introducción a la cocaína», reconoció Kidder.

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Criada en caravanas y cuartos de motel, era pendenciera y graciosa, muy poco femenina y muy, muy brillante. Junto a su compañera de piso, la actriz Jennifer Salt, formaba una extraña pareja.

Todavía en busca de papeles potentes que relanzasen su carrera, el peculiar dúo alquiló, por recomendación de Donald Sutherland, una casa de estilo nórdico en Nicholas Beach por 400 dólares al mes, y la transformaron en un imán para el joven Hollywood. De dos plantas y asimétrica, custodiada por un mástil en el que ondeaba una bandera teñida por el entonces popular método batik, se convirtió en «un lugar donde los aspirantes a estrella podían fumarse tranquilamente sus porros, beber vino tinto, contarse historias de John Ford y contemplar a Salt y Kidder bañarse en topless».

Durante su juventud intentó suicidarse en varias ocasiones. La familia se mudaba frecuentemente debido al trabajo de su padre y Margot no tuvo la estabilidad emocional que necesitaba. Descubrió la interpretación cuando la ingresaron en un internado y desde entonces no quiso hacer nada más.

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Se mudó a Los Ángeles y, tras aparecer como secundaria en algunas series de televisión, debutó en el cine como Adeline en la comedia de Norman Jewison 'Los locos años de Chicago' (1969). Luego alternaría su trabajo en series como 'Patrulla juvenil' (1970) con su primer papel protagonista al lado de Gene Wilder en 'Quackser Fortune tiene un primo en el Bronx'. Luego se trasladaría a Nueva York a estudiar interpretación y se pagó los estudios participando en la pequeña pantalla. A principios de los setenta se fue a Hollywood, donde conocería a directores como Brian De Palma, Steven Spielberg y Martin Scorsese.

Con De Palma, que fue su pareja sentimental durante un tiempo, hizo el thriller psicológico de culto 'Hermanas' (1973), en la que encarnaba a una joven poseída por el espíritu de su hermana siamesa ya fallecida. En 1974 se metió en la piel de una joven de una fraternidad que sufre el acoso de un loco en el film de terror 'Black Christmas', de Bob Clark.

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Margot posó para Playboy en la portada de marzo de 1975, una decisión de la que no se arrepintió nunca. Era una joven hippie y pensaba que andar desnuda no tenía nada de malo. Ese mismo año se casaría con el escritor Thomas McGuane, una unión que solo duraría doce meses. Su gran oportunidad le vino cuando se presentó al casting de 'Superman'.

En 2011 fue arrestada tras una protesta en la Casa Blanca por la obras de un gran oleoducto que transportaría petróleo desde Canadá a Estados Unidos.

Respecto a su vida sentimental, Margot ha tenido una larga lista de maridos y amantes. Tras su breve matrimonio con McGuane, con el que tuvo a su hija Maggie, pasó de nuevo por la vicaria con escasa fortuna con el actor Jon Heard, quien daba vida al padre de Macaulay Culkin en Solo en casa y el director francés Philippe De Broca. Además, pasaron por su alcoba desde el exprimer ministro de Canadá Pierre Trudeau, al cómico y actor Richard Pryor.

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