El asturiano, ganador de un Goya, estrena hoy 'Guardiana de dragones'. E. C.
Abraham López Guerrero Cineasta y escritor

«En España también podemos hacer taquillazos de animación como en Hollywood»

«Me encantaría rodar aquí. Asturias no solo está en mi ADN genético, también en el creativo»

Viernes, 19 de abril 2024, 02:00

Ganador del Goya al mejor corto animado en 2021 con 'Blue & Malone. Casos imposibles', además de director académico de la U-TAD (Universidad de Tecnología y Arte Digital), Abraham López Guerrero nació en Madrid y se crió en Asturias, la tierra de una parte de ... los suyos. Aquí tiene su refugio creativo en El Cuetu de Meré (Llanes) desde el que ha realizado una parte de su trabajo más ambicioso como director de animación en 'Dragonkeeper' (Guardiana de dragones), una superproducción chino-española coodirigida por Salvador Simó ('Buñuel en el laberinto de las tortugas') y Jianping Li, que se estrena hoy en los cines. Basada en la saga homónima de la novelista australiana Carole Wilkinson y con un presupuesto de 24 millones de euros aspira a ser un taquillazo a nivel nacional y a medirse con las grandes producciones internacionales. El responsable de dar vida y movimiento a sus personajes, nos habla de ella y de sus próximos proyectos con guiños a su tierra de adopción.

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–¿Cómo definiría 'Guardiana de dragones'?

–Ha sido desde el principio un proyecto muy ambicioso. Tiene vocación de aventuras, tal como la califica Salvador Simó: una peli como las de antes, como 'Indiana Jones', 'Los Goonies'. No es una comedia ni muy infantil, sino para todos los públicos a partir de seis años. Está pensada para hacer soñar y concebida para el mercado internacional. Responde a la pregunta de por qué no podemos realizar en España 'blockbusters' (éxitos de taquilla) como en Hollywood? Pues también podemos y ese sería el órdago. Tanto Simó como el productor Larry Levene se han propuesto hacer una película que pueda competir con las grandes producciones americanas y europeas.

–¿Y cómo acabó usted involucrado en el proyecto?

–Empecé a interesarme por la animación 3D para hacer dragones, ese ha sido el sueño de mi vida. Hay cineastas españoles que trabajan muy bien el drama social, la intriga u otros géneros, el mío ha sido el fantástico desde que empecé y en ello llevo ya treinta años volcado: en la animación y en contar historias. En este caso la implicación surge cuando le enseño a Simó el corto con el que luego me dieron el Goya y al verlo me propuso ser su director de animación en 'Dragonkeeper'. Como decía, siempre me han fascinado los dragones, todo tipo de animales, los monstruos, la mitología, la asturiana me vuelve loco y procuro meterla siempre en mis historias, en este caso es la china. Y tanto el director como el productor han sido muy generosos conmigo, me han dejado meter también artes marciales, zombies, todo lo que yo he querido en el estilo de animación que he diseñado, en cómo se mueven los personajes. He tenido plena libertad creativa.

–Para quien desconozca el modo de trabajar en una película de este tipo, ¿en qué consiste la tarea de un director de animación?

–Podríamos decir que sería el equivalente a un director de actores. Una película de animación es como una de imagen real en muchos aspectos, pero hay que pensar que no hay rodaje, todo se tiene que diseñar, dibujar, modelar. El director debe tener una especie de subdirectores que se encarguen de las distintas áreas: arte, que se ocupa del diseño de los personajes, o, como es mi caso, animación. Simó me explica cómo es el carácter de los personajes, su forma de ser y actuar, cómo sienten y yo escena a escena voy transformando eso en movimiento, planos, interpretación. Resulta fácil trabajar con él, es muy exigente pero tiene una visión muy clara de las cosas, sabe lo que quiere. En esta historia, por ejemplo, hemos intentado huir de los dragones cliché y que sin dejar de ser los de la cultura china tuviesen también elementos occidentales, que pudiesen valer para el mundo entero. Y es una película muy emocional. Ping, la niña protagonista, es un personaje fuerte y a la vez muy sensible, tiene ambas cosas y eso debe estar reflejado en las imágenes: cómo alguien frágil y tierno puede ser la heroína que resuelve la historia.

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–¿Se han entendido bien con el equipo chino?

–El nivel de exigencia ha sido igual para todos. Por parte española tenemos muy buenos profesionales en animación y los chinos son extraordinarios en un montón de cosas, en arte, por ejemplo, pero en muchos casos el proyecto lo hemos liderado nosotros. Ellos son grandes trabajadores, aprenden mucho y rápido, también dice bastante en favor de China que hayan dejado que unos españoles hiciésemos con ellos una película de dragones. La experiencia final ha sido muy positiva y el resultado es una película espectacular. Estoy convencido de que será un bombazo para el público.

–¿Cuáles son sus próximos proyectos?

–Tengo dos en estado muy avanzado: 'El viaje imposible', la película que nace del corto que ganó el Goya y seguramente rodaremos el verano de 2025, mezcla animación e imagen real, y sí me encantaría grabar en Llanes, entre Gulpiyuri y Toranda, porque hay partes inspiradas en mi infancia. Mi otro proyecto es una novela sobre mitología celta: 'Mare Monstrum', trata de monstruos marinos y guerreros celtas. Como ve, Asturias no está solo en mi ADN genético sino también creativo.

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