
Valeria Camporesi
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Valeria Camporesi
«Que Asturias no tenga una Filmoteca me parece tristísimo. Es algo fundamental. La colaboración entre las filmotecas de las comunidades autónomas es un ... tema absolutamente necesario». Valeria Camporesi, directora de la Filmoteca Española, se muestra tajante, previo a la participación en la cuarta edición del ciclo de clásicos del FICX, organizado en colaboración con la Sociedad Cultural Gijonesa, en referencia a la ausencia de una institución equivalente a la suya en Asturias desde que se suprimiese la anterior en el año 2011.
«Son instituciones que refuerzan el cine, la cultura cinematográfica, la historia y la memoria de este país», explica en conversación con EL COMERCIO. «Y en una comunidad autónoma donde hay muchísimo interés por el cine, muchísimos microfestivales y nuevas salas abriéndose, creo que es una tarea fundamental», continúa.
Y es que Asturias no solo cuenta con uno de los festivales de cine independiente más reconocidos a nivel europeo, sino que durante el resto del año programa numerosas actividades paralelas y celebra eventos a menor escala como CortoGijón, que clausuró la pasada semana su mejor edición hasta la fecha.
En torno a la recuperación de una institución imprescindible para la memoria cinematográfica asturiana se ha hablado mucho en los últimos años. En 2024, Montserrat Moro, concejala de Cultura, defendía la idoneidad de Gijón para albergar su sede en una propuesta que impulsaron el Ateneo Obrero, la Sociedad Cultural Gijonesa, el Ateneo Jovellanos y Gesto y que Foro llevó al pleno municipal. A pesar de obtener una aprobación unánime por parte del resto de partidos, la sede de la institución está todavía sin definir, aunque sobre la mesa se encuentra la posibilidad de que se instale en Tabacalera. Oviedo también se postuló para albergar la Filmoteca con una propuesta defendida el pasado junio por Gaspar Llamazares, portavoz de IU, que proponía que fuese el Calatrava el espacio escogido.
Camporesi estará en Gijón esta tarde presentando la proyección de la película 'El parque de juegos' (1963) de Pedro Olea, una cinta «impresionante» ya que, siendo una de sus primeras obras, «se ven ya algunas características de lo que luego le va a interesar como director en su trayectoria: lo fantástico, el terror, y hasta dónde se puede llegar con el cine», argumenta la historiadora.
Lo hará dentro del 'Cine Club 60', la cuarta edición del ciclo de clásicos cinematográficos organizado por el Festival de Cine de Gijón que se celebrará en la Escuela de Comercio a partir de las 19 horas y que arrancará con 'Pim, pam, pum... ¡Fuego!', también del director bilbaíno.
«La razón por la que las filmotecas se ocupan de los patrimonios cinematográficos es para conservar algo que es importante para la cultura del país, pero también para que se vuelvan a poner en juego con el público», detalla, poniendo en valor actividades como la que hoy se puede disfrutar gracias al FICX y que considera «una oportunidad fantástica». Para Camporesi, «ver cómo los espectadores de ahora reaccionan a estas películas antiguas es crucial, diría que absolutamente necesario».
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