MIGUEL ROJO
OVIEDO.
Martes, 18 de mayo 2021, 01:34
El Museo Arqueológico de Asturias mostrará hoy al mundo uno de los descubrimientos más importantes de la Edad del Bronce en Asturias. Se trata de una espada hallada en Sobrefoz (Ponga), datada aproximadamente en el año 1.100 antes de Cristo -más ... de 3.000 años de historia han pasado por su filo- que, por voluntad de la familia que la conservaba desde hace años, pasará ahora a formar parte de la colección permanente del museo asturiano. Con motivo del Día Internacional de los Museos, será el propio presidente de Asturias, Adrián Barbón, acompañado por la consejera de Cultura, Berta Piñán, quien la presente hoy en sociedad.
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La espada procede de una donación, la de la familia del estudioso Maximino Blanco del Dago, fallecido en 2012 e impulsor del Museo de la Cerámica y los Relojes Basilio Sobrecueva, que mostraba en su personalísimo museo de Muñigo, en la carretera de acceso a los Lagos de Covadonga desde Cangas de Onís, una ingente colección de objetos históricos que tuvo que cerrar por falta de apoyo institucional. Adquirió además en su momento la conocida casa del médico de Corao, también llamada casona de Roberto Frassinelli, donde Del Dago quería que se mostrase su colección. Colección que, dejó dicho, quería que se donase a su muerte al Museo de Bellas Artes de Asturias. Tanto el Ayuntamiento de Cangas de Onís como la Consejería de Cultura quieren recuperar el proyecto, para poder mostrar en ese lugar, como si fuese una extensión del Bellas Artes, parte de la colección de Del Dago, que se compone principalmente de cerámica asturiana, pero también de los relojes de Basilio Sobrecueva y los dibujos del propio Roberto Frassinelli.
Pero entre su legado había una pieza más: una espada de la Edad del Bronce, la única de la que se tenía noticia en Asturias, y que aparece recogida en un estudio de Martín Almagro Basch sobre este tipo de armas en la Península Ibérica que se puede consultar en la Biblioteca Nacional de España. Estudio en el que realiza un dibujo de la misma en base a fotografías que le habían sido enviadas. Se trata de una de las espadas de hoja pistiliforme -ancha en la base, pero que se estrecha primero y se ensancha después para volver a afilarse en la punta- que los talleres locales del arco atlántico fabricaban a imitación de las espadas tipo Hemigkofen, muy populares en los pueblos centroeuropeos. Hay varios ejemplos en el noroeste peninsular y en el resto del país -no muchos-, pertenecientes ya a la llamada época del Bronce Final Atlántico, y hay ejemplos en Asturias, Galicia, León y norte de Portugal. «Nuestros ejemplos serían la asturiana de Sobrefoz (Ponga) y las leonesas del Esla, Veguellina de Órbigo, alto Cea y Cabrera», recoge Martín Almagro en su estudio, a finales de los años 30 del siglo pasado.
Pues bien, gracias a la disposición de la familia de Maximino Blanco del Dago, Asturias ha podido recuperarla para la exposición pública. Anoche esperaba miradas encerrada en una vitrina en el Arqueológico, después del necesario estudio y mejora para su exposición, y hoy será presentada al público, que podrá verla en visitas guiadas en los próximos días, para después pasar a formar parte de la colección permanente del museo.
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Una pieza que aparece mencionada en muchos trabajos sobre espadas de la Edad del Bronce posteriores al de Martín Almagro, 'Bronces de la Meseta en el Museo Arqueológico de Barcelona', aunque muchos expertos la creían desaparecida, al no hallar más referencia de ella.
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