'Monasterios rurales del occidente de Asturias' es el título de la exposición que ayer abrió sus puertas en el Centro Cultural Juan Velarde Fuertes de Salas y que se podrá visitar hasta el 13 de diciembre. No es mucho tiempo, pero habrá más oportunidades ... de verla, puesto que itinerará después a los monasterios de Corias y Villanueva de Oscos.
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Se busca de una manera didáctica, a través de ocho paneles que reproducen mapas, planos, fotografías y otros documentos, mostrar el pasado monacal de Asturias para dar a conocer este rico patrimonio. Eso busca la Asociación de Profesionales Independientes de la Arqueología de Asturias (APIAA), que está detrás de una muestra que ha sido coordinada por Alejandro García Álvarez-Busto, del Departamento de Historia de la Universidad de Oviedo.
«Los paneles están pensados para hacer un repaso, una revisión al fenómeno monacal en Asturias, y concretamente centrándolos en el occidente, del Nalón al Eo, hacemos un recorrido por toda la historia desde sus orígenes hasta la época moderna», revela García. Explica que se va narrando a través de textos breves cómo surgen esos primeros monasterios en Asturias, donde el fenómeno fue tardío respecto a otras geografías peninsulares. «En Asturias los primeros son de los siglos VI, VII, anteriormente no hay seguridad de que hubiera y ya después, en la época de los reyes de Asturias, ahí sí que hay un salto cuantitativo importante, cuando se llena de iglesias y monasterios, en los siglos del VIII al X», señala el coordinador de la muestra, que subraya cómo hay una variedad enorme de cenobios: «Los hay muy sencillos, se llaman familiares porque podía ocurrir que una familia extensa decidiera fundar un monasterio y la familia se convertía en comunidad monástica», revela. Además, los principales linajes aristocráticos, las familias condales, empiezan a también a fundar monasterios. «No tenemos un número absoluto de cuántos pudo haber, pero estimamos que en torno a unos cincuenta en toda Asturias, en los siglos IX y X», resume.
Hay un cambio importante a partir de los siglos XI y XII, cuando se generaliza lo que se denomina monacato o monasterios benedictinos, que son los que siguen la regla de san Benito. Surgen entonces las grandes abadías como Corias, que se constituye como monasterio benedictino en 1044, y Cornellana, que ya era un familiar anterior, pero se refunda o renace como benedictino en 1122. Estos dos son los principales del occidente, pero también hay otros más modestos al tiempo que importantes como son Obona, en Tineo, Santa María de Villanueva en los Oscos, y Lapedo en Belmonte de Miranda.
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