Con todo el verdor y el frescor del arte

Es una propuesta inédita por estas tierras la de mirar hacia el jardín que ha liderado Ignacio Somovilla, comisario de la exposición, que ha buceado en los fondos locales trabajando mano a mano con Saturnino Noval y ha recurrido también a los del Museo de Bellas Artes de Asturias, el Evaristo Valle y algunas colecciones privadas para componer esa mirada ecléctica y variopinta sobre esos lugares en los que naturaleza y arte se alían, lugares de reposo, de calma, de lectura y con notable presencia femenina, como se encargó de recordar la consejera de Cultura, Berta Piñán, durante la inauguración.

Son medio centenar de obras de una treintena de artistas las que se muestran en las paredes, con escalas magníficas en lienzos de Santiago Rusiñol, Evaristo Valle y, por supuesto, el propio Piñole, en cuyo museo se alberga la exposición. Están también Moré -es él autor de ese Adán enmadreñado junto a su Eva, que abre junto a un cobre con escena del paraíso la muestra-, Cecilio Plá, Muñoz Degrain, Navascués... Y hay presencia contemporánea con artistas con Reyes Díaz, Federico Granell, Ramón Prendes, Helena Toraño y Covadonga Valdés Moré. Clara prueba, como explicó Ignacio Somovilla, de que la pulsión por llevar al arte el jardín sigue viva.

Flor de Pasión es quien firma la composición vegetal que da la bienvenida a una exposición que ocupa dos plantas. En la más alta se asientan una serie de bodegones en torno a los cuales se llevarán a cabo diferentes intervenciones florales a lo largo de los próximos meses a cargo de Enebro estudio (junio), Flores Lupe (julio), Doña Cúrcuma (agosto) y La Jovellana (septiembre).

A la inauguración de la muestra acudieron el concejal de Cultura de Gijón, Manuel Vallina; el director de la Fundación Municipal de Cultura, Miguel Barrero, y la directora de los museos de bellas artes de Gijón, Lucía Peláez, quien se felicitaba por poder ver sobre las paredes lo que no dejan de ser «versos pintados».

Durante estos meses se programarán visitas guiadas, talleres de creación para niños y de acuarela para adultos así como un ciclo de cine en el Botánico que llevará por título 'Paraísos particulares'.